El ejército de Ucrania destruyó durante la noche dos bases militares de insurgentes prorrusos en el este del país, anunció hoy el presidente interino, en momentos en que el gobierno volvía a tomar la ofensiva un día después del comienzo de conversaciones con mediación europea que todavía no han logrado atraer a los dos bandos en pugna.
Oleksandr Turchinov declaró hoy ante el parlamento que las fuerzas ucranianas destruyeron la noche anterior una base militar en la ciudad de Sloviansk y otra en las afueras de la ciudad de Kramatorsk, 150 kilómetros (95 millas) al oeste de la frontera con Rusia.
El ministerio de Defensa ucraniano dijo que no hubo bajas y que el ejército tomó tres prisioneros, incluso uno armado con un cohete lanzagranadas.
Periodistas de la AP en Sloviansk oyeron disparos de armas automáticas durante la noche, pero los detalles de la declaración de Turchinov no pudieron ser confirmados de manera independiente. La situación estaba en calma el jueves y no ha habido declaraciones de los insurgentes.
Turchinov no describió las bases atacadas ni dio detalles. Tanto el gobierno como los insurgentes tienen montados puestos de control en torno de Sloviansk y Kramatorsk.
Algunos anuncios previos de operaciones exitosas por parte del gobierno resultaron ser exageradas.
Los insurgentes, que han ocupado edificios del gobierno en el este de Ucrania y que han combatido al ejército ucraniano, declararon la independencia de otras dos regiones del oriente del país después de un plebiscito el domingo, que tanto el gobierno ucraniano como Occidente calificaron de farsa.
La Organización para Seguridad y Cooperación en Europa, un grupo de seguridad transatlántico, formuló un plan que reclama un diálogo nacional como primer paso para mitigar las tensiones. La primera rueda de conservaciones en Kiev no produjo resultados visibles después que el gobierno confirmó su negativa a sentarse a la mesa con representantes de los insurgentes.
En el este de Ucrania, los insurgentes dijeron que no fueron invitados a las conversaciones de Kiev e insistieron en que deberían entablarse en Donetsk. Uno de los líderes de la insurgencia, Denis Pushilin, dijo que deberían centrarse en el intercambio de prisioneros y el repliegue de las fuerzas del gobierno, que calificó como «fuerzas de ocupación».
La próxima rueda de conversaciones se anticipa para el sábado, aunque el gobierno no se ha comprometido específicamente a nada.
En Moscú, el vocero de la cancillería rusa, Alexander Lukashevich, fustigó lo que calificó de «resistencia obstinada de las autoridades en Kiev a iniciar un proceso real de reconciliación nacional».