Los líderes turcos mantienen sus críticas al gobierno egipcio y hoy calificaron la violencia en Egipto como «una vergüenza para el islam y el mundo árabe», un día después que ambos países retiraron a sus embajadores tras la sangrienta represión a los partidarios del derrocado presidente egipcio Mohamed Morsi.
Las dos naciones anunciaron ayer que convocaron a sus embajadores para consultas, horas después que el primer ministro turco Recep Tayyip Erdogan dijo que los líderes egipcios debían ser juzgados por la acción de los militares contra los partidarios de Morsi. Más de 600 personas murieron en las violentas incursiones de fuerzas antimotines.
Erdogan también acusó a Occidente de ignorar el derramamiento de sangre en Egipto y exhortó a una reunión urgente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
El presidente turco Abdulá Gul reiteró las críticas hoy.
«Siento profundamente el dolor por cada egipcio que murió», dijo Gul, según la agencia noticiosa estatal Anadolu. «Todo lo que ocurrió en Egipto es una vergüenza para el islam y el mundo árabe». La agencia dijo que esas fueron sus palabras durante una visita a Azerbaiyán.
El gobierno turco había respaldado firmemente a Morsi como ejemplo para el mundo árabe de un líder pro islámico elegido en un proceso democrático y criticó enérgicamente su derrocamiento el 3 de julio. El embajador turco en El Cairo, Husein Avni Botsali, fue convocado recientemente por la cancillería egipcia a causa de las críticas turcas.
Gul rechazó las acusaciones egipcias de que Turquía interfería en los asuntos internos de la nación.
«Las advertencias de Turquía no deberían ser consideradas una interferencia en los asuntos internos, sino como la tristeza sentida por un amigo, la conmoción que experimentó y como esfuerzos para llamar la atención y ayudar», dijo Gul.
La cancillería turca dijo que Botsali regresaba a Turquía el mismo viernes. No estaba en claro si los dos embajadores retornarán a sus puestos.
En todo Egipto se convocaron marchas para después de las oraciones del viernes a fin de denunciar el ataque de las fuerzas de seguridad. También se planeaban protestas en Turquía.