La decisión de la Corte Constitucional turca de rechazar un pedido de prohibición del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) en el poder en Turquía ha evitado una crisis política en ese país, pero no augura avances más rápidos en el proceso de adhesión de Ankara a la Unión Europea (UE).
El fallo de la justicia turca ayer «constituye un alivio», declaró el secretario de Estado francés para Asuntos Europeos, Jean-Pierre Jouyet, cuyo país ejerce la presidencia de la UE.
Con esa corta frase, Jouyet resumió el sentimiento de todo el bloque, que temía un desarrollo catastrófico, incluyendo hasta un freno de las negociaciones de entrada de Turquía a la UE lanzadas en octubre de 2005.
Pero si la decisión judicial turca es una buena noticia, «no va a acelerar el proceso de adhesión», estimó Katinka Barysch, analista del Centre for European Reforms, con sede en Londres.
«En cambio, va a liberar a los responsables del AKP que podrán concentrarse en las cosas que la UE reclama desde hace varios años y para las cuales el AKP estaba demasiado ocupado: reformas económicas, reforma del sistema judicial, libertad religiosa, etc», agregó esta experta.
En ese sentido, los responsables europeos instaron de inmediato ayer al gobierno turco a relanzar las reformas, estancadas desde hace más de un año a raíz de una sucesión de crisis políticas vinculadas con el enfrentamiento entre los defensores encarnizados del lacismo, con el ejército a la cabeza, y los islamistas conservadores en el poder.
«Aliento a Turquía a reanudar con toda su energía las reformas para modernizar el país», dijo el comisario europeo de Ampliación, Olli Rehn.
De una manera general, los europeos esperan ver cómo continúa ese proceso y no deberían acelerar el lento avance de las negociaciones de adhesión.
La UE, «atenta al funcionamiento democrático de las instituciones, continuará siguiendo de cerca la situación en Turquía», resumió la presidencia francesa del bloque.
Hasta el momento, sólo ocho de los 35 capítulos temáticos del proceso de negociación de adhesión han sido abiertos desde 2005. De esos ocho, apenas uno ha quedado concluido.
Peor aún, 18 capítulos están congelados de facto, entre ellos ocho a raíz del no reconocimiento de Chipre por Ankara, y cinco por Francia, que los considera como «directamente vinculados» a la adhesión.
Francia, cuyo presidente Nicolas Sarkozy se opone notoriamente a la integración turca, quiere abrir «dos o tres capítulos hasta fin de año», reiteró Jouyet.
Sin embargo, para ciertos analistas, como la consultora para Turquía Kirstie Hughes, la UE debería enviar un mensaje positivo a Ankara y acelerar un poco el proceso de negociación en apoyo al actual gobierno.