Continuando con las atenciones a mis apreciados compañeros de Chile y sus esposas, salimos de Flores, Petén hacia Cobán, Alta Verapaz, por el camino hacia Chisec, recorrido que nunca había hecho. Para mi sorpresa en los 250 kilómetros aproximadamente, entre Flores y Cobán, hay colocados 184 túmulos que impiden el desplazamiento normal de los vehículos y por supuesto no solo causan deterioro al sistema de suspensión de los automóviles y camiones, elevan el consumo de combustible, alargan el tiempo del recorrido y hacen fácil un asalto.
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La vegetación y el río La Pasión son preciosos; sin embargo, el Ministerio de Comunicaciones debe sin duda alguna remover todos esos obstáculos ilícitos; los alcaldes, como medida preventiva, deben ordenar que las edificaciones de casas y comercios no se construyan tan cerca del centro de la carretera, de lo contrario nunca se logrará una vía segura, expedita y sin accidentes, incluyendo muertes fatales.
Concluimos nuestro arribo ese día a Santa Cruz, Alta Verapaz, donde nos alojamos en un conocido hotel que cuenta con excelentes instalaciones, rampas y una exquisita comida italiana, la cual compartimos con un par de buenos amigos residentes en Cobán. Al día siguiente, temprano, nos dirigimos a las cuevas de Lankin y a ese maravilloso lugar denominado Semuc Champey. El 80% de la carretera es asfaltada, sin explicación lógica el 20% continúa siendo de tierra, con muchas curvas y grandes pendientes, lo que evita que esos dos bellos lugares sean visitados en mayor número por el turismo nacional e internacional. Ojalá que en los próximos dos años esos escasos 20 kilómetros sean asfaltados y así todos los chapines vean la gran obra que Dios nos regaló en los municipios de Lankin y Cahabón.
A nuestro regreso, esa noche disfrutamos todos juntos, chapines y chilenos, de un fabuloso kak ik en un conocido restaurante de Cobán, su dueña nos atendió personalmente, que bueno que todo lo pagamos en quetzales, a precios razonables, ello estimula el turismo nacional e internacional.
En lo particular, continúe bien adolorido y gracias a un médico amigo intensifiqué mi tratamiento en la rodilla y en un dedo que me rasgué en la caída en Río Dulce, mencionada anteriormente; mi distinguido galeno y amigo me insistió en la necesidad de un tratamiento adecuado por mi diabetes y exámenes que lamentablemente en Cobán no estaban disponibles los que me comprometí hacerme en cuanto pudiera estar de vuelta en la capital. Por supuesto, mis amigos chilenos me ayudaban a transportarme y en Cobán me proveyeron muletas y bastones que me facilitaron el desplazamiento.
A la mañana siguiente visitamos un lindo lugar cercano a Santa Cruz, rodeado de cafetales, es un restaurante y centro de eventos donde se han celebrado numerosos festejos. Mis amigos adquirieron café producido en la localidad: tostado, molido y en grano. Es evidente que muchos empresarios están agregándole valor a nuestro excelente café y exportando un producto listo para su consumo, beneficiando a la agricultura y mano de obra local.
¡Guatemala es primero!