Túnel de rescate llegó donde se encuentran los mineros atrapados


Trabajadores de la excavadora T-130 celebran haber llegado hasta el punto donde se encuentran los mineros. Esta excavadora formaba parte del Plan B, de tres que se habí­an iniciado para rescatarlos. FOTO LA HORA: AFP JUAN DEFFIS

Una de las perforadoras que trabaja en el rescate de 33 mineros en Chile llegó este sábado a las seis de la mañana (hora de Guatemala) al lugar de la mina donde se encuentran atrapados desde el 5 de agosto, a 622 metros de profundidad, desatando la euforia de familiares y operarios.


Familiares de los mineros celebran que ya se llegó al punto. FOTO LA HORA: AFP HECTOR RETAMAL

Bocinazos hechos sonar desde el mismo lugar en que la máquina trabajaba anunciaron el cumplimiento del hito, mientras los familiares rompieron en llantos y se abrazaron entre ellos en el Campamento Esperanza, donde se instalaron hace dos meses para esperar a sus seres queridos al lado de la mina, ubicada en el desierto de Atacama, en el norte de Chile.

Muchos corrieron hasta la punta del cerro donde está la mina y se erigen 32 banderas chilenas y una boliviana, para representar a las nacionalidades de los mineros atrapados.

El ministro de Minerí­a, Laurence Golborne, declaró que los mineros «están muy tranquilos, más tranquilos que la prensa», y advirtió que todaví­a queda bastante camino que recorrer, antes del rescate.

«Todaví­a queda bastante camino por hacer, mucho que recorrer y precauciones que tomar», indicó.

«Hoy dí­a rompimos en el nivel 622 metros», señaló el ministro a periodistas, sobre el momento en que la máquina T-130, una de las tres que trabajan en el rescate de los mineros, totalizó su perforación y alcanzó el lugar donde están los mineros atrapados.

«Esto es muy fuerte, es un sentimiento muy grande. Me imagino lo que debe estar sintiendo mi hermano allá adentro», comentó entre lágrimas Gastón Henrí­quez, hermano de uno de los 33 mineros, que aguarda por él en las afueras del yacimiento.

«Estamos muy felices, porque estos dos meses hemos sufridos mucho. Esperamos ahora que salgan luego arriba para poder abrazarlos y traerlos a casa», comentó también Wilson ívalos, que tiene a dos de sus hermanos enterrados en la mina San José.

Golborne precisó que al final de este sábado se tomará una decisión sobre los plazos del rescate.

El ministro precisó que en lo inmediato habrá que sacar las barras de la perforadora, lo que insumirá 6 horas de trabajo. Luego se introducirán cámaras para ver el estado del ducto. Con esa información, se definirá si se reviste con tubos metálicos o no, o si esto se hace sólo de forma parcial, explicó.

Golborne habí­a dicho el viernes que «el rescate se iniciarí­a entre tres dí­as u ocho, dependiendo de las decisiones que se toman sobre el encamisado», que es el procedimiento para revestir el pozo con un tubo metálico.

«Parece curioso que hayamos tenido que utilizar 33 dí­as (de perforación) para rescatar a 33 mineros», reflexionó el ministro.

Tras estar paralizados los trabajos el viernes para cambiar un martillo, la perforadora habí­a reiniciado su labor anoche, dijo Cristián Barra, asesor del Ministerio del Interior.

El jefe del rescate, André Sougarret habí­a afirmado el viernes que una vez terminado el hoyo, el espacio interior de la mina deberá ser ampliado con explosivos que serán manejados por los propios mineros atrapados.

La explosión busca ampliar el lugar hasta donde llega el túnel, para que quepa la cápsula de unos 4 metros de largo en la que se serán sacados uno a uno los mineros.

El operativo de ampliado estará a cargo de los propios mineros atrapados que «son personas que tienen licencia para el manejo explosivo. Son mineros que trabajan con este tema», dijo Sougarret sin dar más detalles.

Por otra parte el ministro de Salud dijo que algunos de los mineros «han tenido manifestaciones de ansiedad como era anticipable; otros que han tenido un aumento de la frecuencia cardiaca más allá de lo deseable».

FAMILIARES Cansados de la bulla


Los familiares de los mineros atrapados en un yacimiento en el norte de Chile están felices porque se aproxima el rescate, pero muchos están hartos por «la bulla» de centenares de periodistas, que no quieren perderse el final de una historia comparada a un reality show.

«Estoy feliz, feliz», comenta Carla Herrera, de 34 años, hermana del minero Daniel Herrera, quien se desempeñaba como chofer de camiones en la mina donde quedó atrapado el 5 de agosto.

«Pero también estoy harta de toda esta bulla. Quiero que termine ya», dice, mientras lucha a duras penas por abrirse paso con un carrito en el que pasea a su bebé, junto a centenares de periodistas que corren de un lado a otro, desesperados por saber cuándo finalmente ocurrirá el rescate.

Según Tomás Urzúa, encargado de prensa oficial de la cobertura, hay «unos 700 periodistas de todo el mundo acreditados». De ellos «cerca de 400 son chilenos».

La mayorí­a ha llegado en estos últimos tres dí­as. Casi todos transitan en un espacio de cien metros, rocoso, lleno de polvo y piedras, bajo un sol sofocante en el dí­a y gélidas noches.

En medio del furor nacional e internacional que genera el inminente rescate, todos aquéllos que se encuentran en el yacimiento desde el inicio del rescate en el campamento Esperanza muestran, algunos más, otros menos, señales de cansancio.

«Hoy dí­a estamos cocinando para 400 personas. No damos abasto», cuenta la cocinera Rosa Rivera. En los pocos minutos que tiene ahora de tiempo libre, visita a la familia Avalos, que espera con ansiedad la salida a la superficie de los dos hermanos Samuel y Florencio Avalos. Rosa toma un mate con ellos.

A los Avalos «los noto tensos, demasiado cansados», murmura Rosa. A su lado, Wilson Avalos, tí­o de los dos mineros atrapados, explica que ya no quiere hablar con la prensa. «Al menos por hoy».

A pocos metros de allí­, alguien grita que comienza la rueda de prensa de la primera dama, Cecilia Morel, quien acudió a la mina, para «apoyar a grupos de mujeres» organizadas y evitar que se corran más «rumores» sobre el dí­a del rescate.

«Ocurren rumores, los nervios y tensiones están a punto de explotar», contó la esposa del presidente Sebastián Piñera en una conferencia de prensa atiborrada de periodistas.

Llegar hasta el punto de prensa es una tarea titánica. Hay decenas de cámaras y periodistas apiñandos. «Te estoy guardando el lugar», grita un periodista chileno. «Esto parece un psiquiátrico», dice a su lado en inglés un periodista de un canal británico.

En el campamento también circulan productores y directores de cine. La odisea de los mineros ya atrapó a realizadores nacionales e internacionales, como Discovery Channel o el cineasta chileno Rodrigo Ortúzar, que planea una pelí­cula sobre «Los 33».

El papá del minero Carlos Barrios, que lo espera en el Campamento Esperanza desde el 6 de agosto, un dí­a después de que un derrumbe provocara la tragedia, se queja de que «los periodistas se han puesto realmente pesados».

«Algunos no son respetuosos con las personas. Vienen, nos hacen preguntas: «Â¿Qué siente?» ¿Qué se sabe?»… nosotros sabemos lo mismo» que ellos, explica.

Barrios comparte un comedor improvisado en una carpa con los familiares del minero Ví­ctor Zamora. Griselda, la mujer del papá de Barrios, es la que cocina para todos.

Para Nelly Burgueño, la mamá de Victor Zamora el asunto ya está un «poco descontrolado». Pero de todas maneras agradece la labor de la prensa. «Fue muy importante. La tragedia se dio a conocer en todas partes y ahora hay que intentar que algo así­ no vuelva jamás a suceder», subrayó Burgueño.

Y luego, un amigo de ellos pide: «Oye, ¿me traes si tienes las fotos de la prensa en que hemos salido?».