Interesantes reacciones se han desatado apenas dos días después de haberse presentado el libro Rendición de Cuentas, de Juan Alberto Fuentes Knight, ministro de Finanzas Públicas por dos años y medio en el gobierno de ílvaro Colom, a pocos días de las elecciones generales y a unos meses de concluir la gestión de este último.
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Empezando por desdeñar la actividad de presentar el documento, pasando por argumentos de que la aportación del exministro carece de novedad en el aspecto político o que las cuentas deben rendirse en los tribunales de justicia; y enfocándose en el tema de que Sandra Torres influyó en el aumento del gasto gubernamental sin dar atención a los ingresos, son las primeras impresiones acerca del libro, desde el punto de vista de algunos sectores sociales, entre los cuales se podría catalogar a uno que otro que representa a una fracción del sector económico aludido en el escrito.
Sin embargo, que en una clase universitaria, en una charla de fin de semana o en un análisis diario cualquiera se hable de la influencia política de una parte importante del sector económico en la administración gubernamental, es nada comparado con que lo diga un exministro de Finanzas Públicas, en una confesión que trata de incidir sobre el quehacer de los actores que interviene en la sociedad guatemalteca.
En este caso creo que es de admirar la labor de Fuentes Knight al presentar semejante documento, pues además de ser “parteaguas en la historia política del paísâ€, en palabras de Carolina Escobar Sarti, quien comentó el libro en su presentación (puede escucharlo en un Podcast de la presentación en el blog de librería Sophos: http://blog.sophosenlinea.com) contribuye al debate sobre la modernización que urgentemente debe registrar el sector privado en cuanto al tema no solo de tributación, sino de busca de desarrollo económico, en el que serían parte de los primeros beneficiados. Pero para ello deben dejar de ver al país solamente como su negocio y tomarlo como su nación.
Definitivamente está claro que Fuentes Knight no es el único exfuncionario que tiene información relevante al respecto de cómo operan los actores económicos y políticos en este país, pero si el que, hasta ahora, la ha publicado de forma testimonial para que sea analizada desde la perspectiva de cualquier sector de la sociedad, y que seguramente ya despertó un sinnúmero de susceptibilidades y ha rasgado algunas vestiduras.
Considero que Rendición de Cuentas es una invitación a gran cantidad de personas que se desempeñaron como funcionarios y empleados públicos, para que hagan su contribución de forma responsable y nos cuenten sobre procesos económicos que nos han parecido inconclusos en el marco de nuestra aún débil democracia, y por lo que creemos necesario que los testigos vivenciales construyan su propia versión y la compartan.
No se trata ahora de pelearnos con todo el sector privado, a pesar que siempre se está dando aires de pureza y vive predicando –sin convertirse– la transparencia en el actuar de los gobernantes, pero sí de lograr un verdadero consenso sobre el rol del Estado en nuestro país y de cómo financiar su actividad.