Cada vez que cambian funcionarios, empieza un nuevo gobierno o se repite un evento como las elecciones, vienen las solicitudes de más dinero, argumentando una y más razones. Y sin embargo, a finales del año, muchas entidades públicas andan viendo cómo se agotan el presupuesto, porque si no, se va al fondo común.
Me pregunto cómo le iría a una empresa si cada departamento de la misma, siempre estuviera pidiendo más presupuesto, especialmente sin mejorar resultados. Y ya sé que el gobierno no es una empresa, pero sería muy buena idea premiar la eficiencia traducida al menos en lograr iguales resultados, con menos recursos.
Pero no. A pesar que para variar andamos cortos de recursos, se crean más viceministerios, más entidades, muchas de ellas duplicando el trabajo de otras, sin que llegue alguien que analice si todas son necesarias, si hay alguna forma de lograr los mismos resultados con menos dinero, si se ponen metas y si se van logrando.
Para el TSE, así como alguien sugirió que hubiera sido igual poner un semáforo frente a Santa Rosalía y no usar Q30 millones, es un hecho que sería más económico contratar buses para que a la gente de esos poblados donde se planea poner más mesas, se les facilite el voto simplemente ofreciéndoles traslado. Supongo que si se habla de 100 municipios y si para cada uno se pone en promedio 10 buses que lleven gente cada media hora, no costaría más de cinco millones de quetzales. A mí no me ha costado votar en las últimas elecciones y me consta por testimonios de parientes y amigos, que a ellos les ha sucedido igual, lo cual no sustenta la necesidad de más mesas. Entonces, ¿por qué no entender que la plata no está sobrando?