Triunfo de Obama alivia izquierda latinoamericana


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De Caracas a La Habana a La Paz, la victoria de reelección de Barack Obama fue bien recibida con un suspiro de alivio por muchos en la izquierda latinoamericana, aunque otros advirtieron que el líder estadounidense no había hecho de la región una prioridad durante su primer período en el cargo, golpeado por la crisis financiera, y era improbable que lo hiciera en un segundo mandato.

Por IAN JAMES CARACAS / Agencia AP

En Cuba, el sitio de noticias por internet CubaSi calificó el resultado de la elección como el menor de dos males, diciendo: «Elecciones en Estados Unidos: no ganó lo peor», y agregó: «Con cierto alivio y sin gran optimismo fue recibida la noticia del triunfo de Barack Obama en las elecciones generales».

En las calles de Caracas, algunos dijeron que les preocupaba que un triunfo del republicano Mitt Romney hubiera traído una línea mucho más dura contra líderes de izquierda como su propio presidente Hugo Chávez, y que esperaban que otro gobierno de cuatro años de Obama pudiera traer vínculos relativamente tranquilos entre Estados Unidos y Latinoamérica.

César Echezuria, vendedor de periódicos callejero cuya primera página mostraba fotografías de Obama celebrando, dijo que el otro tipo (Romney) hubiera cortado relaciones con Venezuela y agregó que hubiera sido un desastre para Venezuela si hubiera perdido Obama.

El presidente venezolano no ha hecho comentarios desde la votación del martes, pero durante la campaña comentó que si fuera estadounidense, votaría por Obama. A pesar de años de relaciones tensas entre Chávez y Washington, Estados Unidos sigue siendo uno de los principales compradores del petróleo venezolano.

El gobierno del presidente cubano Raúl Castro es también a menudo un crítico del presidente estadounidense, pero bajo un gobierno de Romney podría haber enfrentado retrocesos indeseables de las políticas de Obama que relajaron restricciones a los viajes de cubano-estadounidenses a la isla y al envío de remesas, incrementando al mismo tiempo los intercambios culturales.

Oscar «Chepe» Espinosa, un economista del gobierno cubano convertido en disidente quien está a favor de compromisos entre Washington y La Habana, expresó esperanza en que Obama pueda hacer más para mejorar las relaciones entre los dos países, a pesar de que la ley estadounidense estipula que el Congreso tiene la última palabra sobre el embargo de 50 años de existencia contra Cuba, principal queja de La Habana contra Estados Unidos.

«Para los cubanos es una gran cosa, había algunos temores de que si triunfara el Partido Republicano pudieran echarse atrás las medidas positivas que tomó la administración Obama como es flexibilizar las visitas a Cuba, el envío de remesas, las visitas de los artistas cubanos a Estados Unidos», dijo a la AP Espinoza, de 71 años, quien cumplió una larga condena después de convertirse en disidente.

Espinosa señaló que en su segundo período, Obama podría tomar más medidas con respecto a Cuba, como permitir que más estadounidenses viajen a esa nación.

Javier Menés, un cantinero cubano, comentó que la victoria de Obama significó el segundo posible «maremoto» que evitó Cuba en un lapso de semanas, siendo el primero la reelección de Chávez en Venezuela el mes pasado, dado que su gobierno proporciona apoyo económico crucial a la isla y embarques de combustible.

Si Romney hubiera ganado se hubiera producido sin duda una retórica más beligerante, y quizás acciones más agresivas hacia Cuba, Venezuela y otros gobiernos de izquierda, dijo Miguel Tinker Salas, catedrático de estudios latinoamericanos en Pomona College, en Claremont, California.

SIN ESPERAR GRANDES CAMBIOS
Una coincidencia comienza a mostrarse en Latinoamérica tras la reelección de Barack Obama como presidente de Estados Unidos: no se espera ningún cambio dramático en la relación del gobierno estadounidense hacia la región, aunque algunos mantienen la expectativa de que eso garantiza al menos una continuidad en ciertos temas de la agenda desplegada en el hemisferio.

Los temas de la agenda estadounidense que han estado presentes con América Latina no parece que cambiarán: desde el tema de las drogas, Cuba y el comercio hasta la migración, pero sin tener visos de que tomarán un camino distinto al que se ha tenido hasta ahora.

«Latinoamérica no es definitivamente una prioridad y el presidente Barack Obama se acuesta y despierta pensando en muchos otros problemas más acuciantes y complejos que América Latina», dijo a The Associated Press Andrés Molano, profesor de la Facultad de Relaciones Internacionales de la Universidad del Rosario en Colombia.

De hecho, América Latina estuvo prácticamente ajena de la campaña electoral entre Obama y su contrincante republicano Mitt Romney, quienes al tratar asuntos de política exterior se centraron en temas como Irán, Afganistán y Pakistán.

«No pienso que Obama se enfocó mucho en América Latina «, dijo a la AP Michael Shifter, presidente del centro de estudios Diálogo Interamericano, sobre el primer su primer periodo de gobierno. Afirmó que actualmente la relación de Estados Unidos con Latinoamérica podría resumirse con tres palabras: «cordial, pero distante».

«Él tuvo un estilo y un discurso que era más agradable que el de (su antecesor, George W.) Bush, pero creo que hubo poco progreso en la agenda Latinoamericana», añadió el experto, para quien ahora Obama podría intentar impulsar algunas cosas que había prometido o comenzado a ser, lo cual no necesariamente podrá ser visto en la región como algo que marque un viraje de lo visto hasta ahora.

Para algunos, sin embargo, el nuevo gobierno de Obama tendrá frente a sí la posibilidad de realizar ciertos ajustes luego de algunos mensajes enviados en la elección estadounidense: el apoyo de los migrantes a su candidatura y la legalización de la marihuana para uso recreativo en dos estados de ese país.

«Obama ganó con el voto de los migrantes latinos, ¿ahora cómo pagará? Obama tiene que reconocer y pagar esa deuda con los latinos», dijo el miércoles el presidente de Bolivia, Evo Morales, uno de los mandatarios críticos a la administración estadounidense en la región. «Por lo menos yo diría que levante el bloque (económico) a Cuba, es lo mejor que puede hacer para reconocer el voto latino», añadió.

El presidente estadounidense había dicho que de resultar electo el tema migratorio sería una prioridad y en los últimos meses de su mandato implementó un programa que suspende temporalmente las deportaciones de jóvenes inmigrantes que fueron traídos al país cuando eran niños de forma ilegal. Estos jóvenes también pueden solicitar un permiso temporal de trabajo si cumplen con ciertos requisitos.

América Latina, sin embargo, ha llamado desde hace años a que ese país realice una amplia reforma migratoria que considere la legalización de los migrantes, algo que aún se ve complicado en un país que ha mostrado una división en el tema.

En su relación con Cuba, Obama flexibilizó las restricciones sobre los viajes a la isla y ahora los cubano estadounidenses pueden ir todas las veces que quieran, permitió el envío de remesas para que los ciudadanos de su país envíen hasta 2.000 dólares anuales a cubanos que no ostenten altos cargos en el gobierno, todos esos movimientos que han sido saludados, pero que aún dejan intacto el tema del embargo sobre la isla.

En Cuba, el portal digital oficialista CubaSi tituló así los resultados: «Elecciones en Estados Unidos: no ganó lo peor», y añadió que «con cierto alivio y sin gran optimismo fue recibida la noticia del triunfo de Barack Obama en las elecciones generales».

Otros se mostraron más optimistas en la isla.

«Para los cubanos es una gran cosa, había algunos temores de que si triunfara el Partido Republicano pudieran echarse atrás las medidas positivas que tomó la administración Obama como es flexibilizar las visitas a Cuba, el envío de remesas, las visitas de los artistas cubanos a Estados Unidos», dijo a la AP Oscar «Chepe» Espinoza, un economista de 71 años que cumplió una larga condena después de convertirse en disidente.

Para Shifter, tanto el tema del programa de suspensión temporal de deportaciones a jóvenes inmigrantes en Estados Unidos como el ablandamiento de algunas restricciones hacia Cuba son dos pasos relativamente modestos que no marcan ningún cambio vital en su relación con Latinoamérica y tampoco piensa que en la región sean recordados como una «contribución duradera».

En el tema de seguridad y drogas, Estados Unidos ha tenido en los últimos años una cooperación estrecha con países como México, Colombia, además de Centroamérica, aunque recientemente han comenzado a surgir posiciones en la región a favor de analizar la posibilidad de legalizar las drogas y que muestran una frustración ante los pocos avances para controlar el consumo de drogas en territorio estadounidense, que para muchos es uno de los motores que alimenta la violencia creciente de los carteles del narcotráfico en diversas zonas.

El presidente Felipe Calderón se dijo el miércoles convencido de tras el triunfo de Obama, México y Estados Unidos «seguirán ampliando y profundizando la cooperación y el trabajo coordinado en beneficio de la prosperidad, seguridad y competitividad», según un comunicado de la oficina del mandatario mexicano en cuyo mandato se aprobó la llamada Iniciativa Mérida por el que el gobierno estadounidense provee recursos para equipamiento y entrenamiento.

En Colombia, otro de los países vistos como aliados de Estados Unidos, el presidente Juan Manuel Santos calificó el triunfo de Obama como una «buena noticia» y consideró que eso «nos permite continuar consolidando una relación que de por si ya tiene unos cimientos muy provechosos y unos cimientos que han dado unos resultados para los dos pueblos al pueblo americano y al pueblo colombiano».

En la región, Estados Unidos se mantiene como el principal socio comercial de muchos países, con excepciones que incluyen a Brasil y Chile, donde China ha tomado ese lugar.

Algunos confían que un segundo mandato de Obama permita tener un nuevo entendimiento con Brasil, un país que ha criticado a Estados Unidos por su política comercial que considera proteccionista.

«Existe la expectativa de que las relaciones con Estados Unidos saltarán a un nuevo nivel que intensifique las relaciones. La esperanza es que en un segundo mandato, (Obama) estará menos limitado por la perspectiva de su reelección (y) podría surgir un nuevo entendimiento en el plano comercial», comentó a la AP Marcelo Rech, analista de asuntos internacionales en Brasil.

Y esa cordialidad podría verse reflejada en evitar confrontaciones con algunos países que han sido críticos hacia Estados Unidos, como Venezuela, donde el presidente Hugo Chávez dijo antes de la elección que no tenía «muchas esperanzas de que ganando uno u otro vaya a haber cambios importantes en cuanto a la relación de Estados Unidos con el mundo, con América Latina y con Venezuela».

Para Julio Oleas, catedrático y analista de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, tras el triunfo de Obama «los latinoamericanos podríamos usar una expresión estadounidense para expresar lo que sentimos: so what? (¿y qué?), porque hay muy poco o nada que esperar en temas como narcotráfico, comercio o cualquier otro tipo de relación».