Tripulación a salvo


La tripulación de la Estación Espacial Internacional (ISS) debió refugiarse ayer de una amenaza de colisión con una nube de escombros en la cápsula de emergencia Soyuz, en un inusual episodio que puso en relieve el peligro de la creciente basura espacial.


«La amenaza a la Estación Espacial Internacional a causa de los escombros ya ha pasado», indicó la agencia espacial estadounidense en un comunicado.

La alarma se desató cuando los tres tripulantes vieron que era demasiado tarde para tomar una acción evasiva de la nube de escombros que exponí­a a la ISS al riesgo de una colisión potencialmente catastrófica.

Lo que a la NASA parecí­a preocuparle más era un trozo de motor de un satélite. Laura Rochon, portavoz de la NASA en el Centro Espacial Kennedy en Florida (sudeste de EEUU), habí­a dicho que, no obstante, el riesgo de colisión era «muy bajo».

«La pieza en sí­ mide menos de un centí­metro y está a cerca de 4,5 km», dijo.

Pero el comandante de misión Mike Fincke, el primer ingeniero de vuelo Yuri Lonchakov y el segundo ingeniero de vuelo Sandy Magnus se refugiaron en el Soyuz y cerraron sus escotillas. Fincke y Magnus son estadounidenses y Lonchakov es ruso.

La NASA habí­a indicado que esta medida era una precaución en caso de que la tripulación necesitara desacoplarse de la estación espacial.

La señal de que habí­a pasado el peligro sonó a las 10:45 horas (en Guatemala), cerca de 10 minutos después de que la tripulación ingresara a la cápsula, informó la agencia.

El comando estratégico estadounidense notificó a la NASA sobre el recorrido del trozo de basura espacial en la noche del miércoles, pero la agencia espacial indicó que era demasiado tarde para que los controladores de vuelo coordinaran una maniobra «de evasión de escombros».

«Cada tanto, la tripulación tiene que hacer una maniobra de evasión de escombros, pero esta vez no la hicieron porque tenemos un lanzamiento previsto posiblemente para el domingo y era necesario que (la ISS) permaneciera a la misma altura», dijo Rochon.

La NASA prevé lanzar el transbordador Discovery el domingo o el martes hacia la ISS, transportando un último par de antenas solares con cuya instalación se completará la instalación eléctrica de la estación orbital.

El centro conjunto de operaciones espaciales de Estados Unidos rastrea cerca de 18 mil objetos que están en órbita y vigila cuidadosamente aquellos que pueden volar en la ruta de la ISS o de vuelos tripulados.

Los expertos estiman que hay más de 300 mil objetos orbitales que miden entre 1 y 10 cm de diámetro y miles de millones de piezas más pequeñas.

Un impacto de estos pequeños objetos, que orbitan a velocidades de miles de kilómetros por hora, representan riesgos que podrí­an ser catastróficos para la nave.

El mes pasado, un satélite ruso en desuso colisionó con un satélite de comunicaciones privado Iridium, lo que generó más escombros que actualmente orbitan a 436 km por encima de la ISS.

Las autoridades estadounidenses no pudieron prever esta colisión, la primera entre dos satélites intactos, indicó el Pentágono en aquel momento.

Las peores nubes de escombros están en la órbita baja de la Tierra, entre 800 y 1.500 Km sobre la superficie terrestre, y en una órbita geoestacionaria a una altura de 35 mil Km.

En enero de 2007 China probó un arma antisatelital destruyendo un satélite meteorológico en desuso, creando con ello el mayor campo de escombros espaciales de la historia, de 2.378 fragmentos mayores de 5 cm en la órbita baja de la Tierra.