El máximo tribunal de Italia confirmó hoy la condena de cuatro años de cárcel al ex primer ministro Silvio Berlusconi por fraude fiscal, la primera vez que el también multimillonario magnate de los medios de comunicación ha sido condenado definitivamente por algún delito.
La largamente esperada sentencia, sin embargo, también pidió que se revise la orden que prohíbe que Berlusconi tome algún cargo público durante cinco años y que formaba parte de la sentencia del tribunal inferior.
Otro tribunal tendrá ahora que determinar cuánto durará la prohibición de la función pública. Un fiscal del estado había recomendado esta semana que esa prohibición se redujera a tres años debido a las leyes contradictorias sobre las prohibiciones para desempeñar cargos públicos.
Es poco probable que Berlusconi acabe realmente en la cárcel. Le reducirán tres años como parte de una amnistía general destinada a aliviar el hacinamiento penitenciario, además de que es raro que los demandados cumplan penas de un año por el primer delito, sobre todo a la edad de Berlusconi, que tiene 76 años.
Sin embargo, su condena aumenta la presión sobre la frágil coalición de gobierno del primer ministro Enrico Letta, pues algunos políticos de centro-izquierda creen difícil continuar en el gobierno con un partido cuyo líder ha sido declarado culpable de un delito.
Berlusconi se habría enterado de la sentencia en su residencia del centro de Roma, acompañado de sus abogados, así como por el vicepresidente del partido, Angelino Alfano, y su hija mayor, Marina. Todos ellos fueron vistos ingresando a la casa horas antes del anuncio.
Sentencia es infundada
El ex premier Silvio Berlusconi dijo hoy que el fallo de la Corta Suprema que ratifica su condena por fraude impositivo y la sentencia a prisión es «infundado» y lo despoja de sus derechos políticos.
Berlusconi realizó una declaración en video de nueve minutos, horas después de recibir una condena en firme luego de décadas de juicios penales.
El tres veces premier y magnate de las comunicaciones lucía conmovido y sombrío, y en ocasiones se le quebraba la voz.
Dijo ser víctima de «una serie increíble de acusaciones y juicios que no tuvieron nada que ver con la realidad».