Guatemala fue escenario estos días de tres infaustos acontecimientos. El primero, la muerte trágica en esta capital el pasado sábado 9 de julio, de Facundo Cabral, juglar de la canción popular argentina, hecho que ha merecido la repulsa no solo de los diversos sectores sociales de nuestro medio, sino del mundo entero.
Cabral destacó internacionalmente por sus extraordinarias creaciones con las cuales le cantaba al amor, le cantaba a la vida y le cantaba a la paz, siendo además, un firme adversario de la guerra.
Había llegado a Guatemala para ofrecer dos conciertos. El sábado tenía previsto viajar hacia Nicaragua para proseguir su exitosa gira artística internacional. Cuando se dirigía al aeropuerto La Aurora, fue víctima de una emboscada, muriendo casi en el acto.
El gobierno del presidente ílvaro Colom y la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala, CICIG, están intensificando las investigaciones para esclarecer este doloroso suceso e identificar a los criminales. Facundo Cabral ya no está físicamente con nosotros, pero su pensamiento sigue vivo y ha dejado un enorme legado para las actuales y futuras generaciones, entrando por la puerta ancha de la historia que siempre lo recordará como el poeta universal, Mensajero Mundial de la Paz.
El segundo acontecimiento triste fue el fallecimiento el último domingo del abogado Alfonso Bauer Paiz, uno de los últimos sobrevivientes de la Revolución del 20 de Octubre de 1944. Don Poncho, como cariñosamente le llamaban sus amigos, es un ejemplo de vida, pues murió con una extraordinaria fidelidad a sus ideales de izquierda. Nunca transó con los vendepatrias, ni con los que enarbolando la bandera del libre mercado, se han dedicado a saquear las riquezas nacionales.
Don Alfonso Bauer Paiz murió en uno de los hospitales del Seguro Social, cuando tenía 93 años de edad y luego de una prolongada convalecencia.
El tercer suceso rodeado de crespones negros, fue la muerte ayer del Doctor en Derecho Internacional, Francisco Villagrán Kramer, ex Vicepresidente de la República, destacado político y catedrático universitario.
El 1 de septiembre de 1980, el Dr. Villagrán, desde el extranjero hizo llegar al Congreso su renuncia al cargo de Vicepresidente, como consecuencia de las serias discrepancias que tenía con el Presidente de la época, Fernando Romeo Lucas García, cuyo nombre figura en las páginas de la historia como uno de los gobernantes más sanguinarios de nuestro país.
Una de las principales razones de su renuncia fue el asesinato de dirigentes políticos del centro y de la izquierda, con lo cual se truncó la apertura necesaria para un sano desarrollo democrático.
Sin duda, los tres personajes antes citados, dejaron una huella imborrable en la historia.