El tren francés de alta velocidad (TGV) batió hoy su propio récord mundial sobre raíles al alcanzar los 574,8 km/h en un tramo de vía situado al este de París, en la línea que se dirige hacia el este europeo, informaron los organizadores.
El anterior récord fue establecido en 1990 y era de 515,3 km/h.
«Gracias a los ingenieros franceses, Europa es campeona del mundo», se felicitó el comisario europeo de Transporte, el francés Jacques Barrot, que asistía a la prueba.
Esta proeza técnica, preparada durante meses, fue realizada por la empresa ferroviaria francesa (SNCF), la Red de líneas férreas, propietaria de las vías, y el constructor del tren, Alstom.
«Francia confirma así la calidad de su tecnología y su posición de líder mundial en el sector», celebró el ministro francés de Transportes, Dominique Perben, en un comunicado.
En este momento, el récord mundial de velocidad de un tren lo ostenta el Maglev, un tren japonés experimental con sustentación magnética, es decir, sin apoyo real en las vías.
«Lo más importante es demostrar que la tecnología TGV, que fue inventada en Francia por la SNCF hace 30 años, es una tecnología de futuro», declaró a la televisión Guillaume Pepy, número dos de la SNCF.
Al mismo tiempo, las compañías francesas pretenden convertir este récord en el mejor embajador para convencer a futuros compradores, sobre todo en América Latina y Estados Unidos. En este momento, el TGV francés tiene como principales competidores al japonés Shinkansen, fabricado por Hitachi, o al alemán ICE, de Siemens.
A corto plazo, Alstom desearía por ejemplo ser elegida para construir la primera línea de alta velocidad en Argentina.
Ante numerosos jueces, empresarios, periodistas y espectadores, el TGV francés bautizado «V150» salió a las 13h00 locales (11h00 GMT) del kilómetro 264 de las vías férreas del este de Francia en dirección a París.
La potencia del tren se aumentó para la ocasión, varios motores suplementarios fueron colocados a lo largo del vehículo y las ruedas eran mayores que las de un TGV ordinario, para que se alcanzara una gran velocidad sin calentar en exceso la maquinaria.
Al mismo tiempo, sobre la línea, la potencia eléctrica fue incrementada y la catenaria que alimentaba el tren fue reforzada, así como el balasto, la capa de grava que se extiende sobre la explanación de los ferrocarriles para asentar y sujetar sobre ella las traviesas. Todo ello con el fin de soportar las intensas vibraciones.
Todos estos elementos serán parte de una nueva generación de TGVs que Alstom ya está planificando para 2009.
Gracias a este desafío técnico, las empresas implicadas pretenden también «mejorar la fiabilidad y la comodidad y estudiar el ruido y vibraciones», gracias a los 600 indicadores repartidos por el tren que permitieron observar con lupa su comportamiento.
Para batir el récord del mundo sobre raíles el martes, el TGV francés realizó numerosos ensayos de forma oficiosa desde finales de enero.
Actualmente, el TGV comercial circula a un máximo de 320 kilómetros en este mismo tramo.
Desde el lanzamiento del TGV francés hace 26 años, este tren ha transportado a 1.300 millones de viajeros. Sólo en 2005, el número de usuarios en Europa llegó a 100 millones.
El TGV ha recorrido desde 1981 2.121 millones de kilómetros y actualmente cada tres minutos, un tren de alta velocidad sale de París.