La Hora me abrió sus puertas y desde esa fecha hasta este año 2010, mi carrera de periodista la he venido desarrollando a través del tiempo. Mi agradecimiento infinito siempre ha sido para la familia Marroquí­n: Los periodistas seño Marina Marroquí­n (que en paz descanse), don Oscar hijo de don Clemente Marroquí­n y Oscar Clemente su nieto.

Y estos treinta años son un homenaje al Diario la Hora, porque ha sido mi casa. Por supuesto que he laborado también en otros medios de comunicación, como el desaparecido diario El Gráfico. Hemos realizado periodismo cultural, deportivo, de análisis y el de reportero de noticias. He conocido grandes amigos que me han apoyado en el periodismo, como han sido el comentarista y periodista deportivo Gustavo Velásquez, periodistas Gonzalo Marroquí­n Godoy, Erwin Mérida, íngel Monasterio (q.e.p.d.), Celso Lara Figueroa, Hernán Sandoval y muchos otros más que si al momento de estar haciendo este Fiat se me han quedado, no por ello les dejo de agradecer infinitamente; y, actualmente sigo contando con el apoyo de Oscar Clemente, que a través de las páginas del Diario La Hora cuento con esta mi columna Fiat, lo cual le agradezco, ya que la columna lleva siete años. Hacer periodismo es una tarea ardua y a todos aquellos que nos tocó vivir los años de la represión durante la guerra interna de Guatemala, vimos con gran dolor y tristeza caer a grandes periodistas que fueron asesinados por esos gobiernos represivos. El periodismo me ha dejado grandes satisfacciones, aunque también he tenido malos momentos; pero la vida es así­. Ahora en este año, a través de mi columna Fiat que tengo siete años de publicar en este diario vespertino, mi homenaje, lo vuelvo a repetir, es para el Diario La Hora. Quise hacer periodismo de provincia, por lo que se me dio la oportunidad de realizarlo en Puerto Barrios, departamento donde mi hermano í“scar René (q.e.p.d.), tení­a el periódico El Porteño, y fue una experiencia muy bonita. Asimismo en Costa Rica, mi otra patria amada, estuve durante dos años laborando como reportero y también fue una experiencia muy bonita. Allá dejé tantos amigos que en el medio me ayudaron mucho como son Mario Alonso, «el Macho» Trejo, Marielitos y otros más. Como todo periodista en Guatemala, todos tenemos nuestra historia. Es duro ser periodista, pero grande en satisfacción tener sus principios y decir la verdad, eso me llena de mucha satisfacción. A través del periodismo he podido conocer muchí­sima gente importante, desde premios Nobel en sus diferentes ramas, hasta personas de gran sentido humano. Quiero comentarle, estimado lector, que por estos treinta años, estaré presentando otro mi libro y es una obra de teatro, en su segunda edición, que se titula Influencia Espiritual, será el 18 de marzo en la biblioteca Walt Whitman del IGA. Y la presentación estará a cargo de la actriz Bitty Herrera, de amplio conocimiento en el teatro, y el joven escritor Carlos Alberto, que ha tenido gran relevancia en la literatura guatemalteca con varios premios, entre los que se cuenta el de poesí­a Myrna Mack. Y es que junto a mi carrera de periodismo, también he publicado nueve libros, entre poesí­a, ensayo y teatro. Aunado a ello, tengo más de cien artí­culos de ensayo y narrativa que he publicado en La Hora, El Grafico y revistas de arte y cultura como es La Revista de Tradiciones Populares del Centro de Estudios Folklóricos de la Usac. Me siento muy orgulloso de ser periodista, y en mi concepción del mundo, lucho por tener los pies bien puestos en la tierra y siempre he actuado con la verdad, lo cual ha molestado a algunas personas que lamentablemente no piensan en los valores que tan importantes son para el hombre en este mundo. Actuar con la verdad y sólo la verdad hace al hombre libre y le cuento que la poesí­a de Tagore ha sido de vital importancia en mi forma de ser. Dice el gran poeta hindú: «En nuestro vivir diario, nos encontramos con muchos hombres que pasan como sombras sobre nuestra vida; pero cuando nos encontramos en la verdad, todo es diferente. ¡Llévanos, oh Dios, a lo real, a la verdad que es eterna! ¡De esta oscuridad que nos ciega, a la verdad infinita que dice que tú eres nuestro padre verdadero!»