Trece reclutas de la policía iraquí murieron hoy en la mañana en un nuevo atentado suicida en Bagdad, donde las violencias confesionales entre chiítas y sunitas han alcanzado un nivel «sin precedentes», según estimó la Liga írabe en Irak.
Al menos trece aspirantes a policías murieron y otras 15 personas resultaron heridas hoy en un atentado suicida en un centro de reclutamiento de la policía en el centro de Bagdad, informó una fuente de la Seguridad.
El atentado se produjo hacia las siete de la mañana (once de la noche, en Guatemala) en una calle que dispone de controles en la entrada. El kamikaze llegó a pie y se hizo explotar tras acercarse a las personas que hacían cola para convertirse en policías.
Los cuarteles y los centros de reclutamiento son un objetivo habitual de la insurrección en Irak.
Asimismo en Bagdad dos civiles murieron en la explosión de un coche bomba en el barrio de Al Amel (oeste) y dos mujeres perecieron golpeadas por disparos de morteros en un mercado de Abdudshiur, de mayoría chiíta, en el sudoeste de la ciudad.
La violencia golpeó igualmente a las tropas de Estados Unidos. Tres militares estadounidenses murieron en los últimos días en Irak, anunció hoy el ejército en varios comunicados. Al menos 72 militares de Estados Unidos han muerto desde el comienzo del mes de diciembre en Irak.
Con estos decesos asciende a 2.955 el número de militares estadounidenses o personal asimilado muertos en Irak desde el comienzo de la invasión del país en marzo de 2003, según un balance establecido a partir de cifras del Pentágono.
Por otra parte el embajador de la Liga írabe en Irak, Mujtar Lamani, declaró que las violencias entre chiítas y sunitas han alcanzado un nivel «sin precedentes» en Bagdad y en sus alrededores.
«A título de ejemplo, sólo la semana pasada en estas dos regiones hubo 250 asesinatos políticos», precisó.
Entre estos figuran cinco jefes de tribus de Diyala, muertos después de haber participado el 16 y 17 de diciembre en Bagdad en la conferencia de reconciliación nacional organizada por el primer ministro Nuri al Maliki.
«Personalidades de todos los partidos están amenazadas», deploró Lamani, estimando que había actualmente «cerca de 200 grupos armados (activos en Irak) cada uno con su propia agenda».
De otro lado el nuevo secretario de Defensa norteamericano, Robert Gates, continuó hoy su visita en Irak, donde se entrevistó con el presidente iraquí Jalal Talabani y se reunió con soldados en una base estadounidense en el norte de la capital.
El jefe del Pentágono se reunió en la base de camp Victory con unos 15 militares en torno a un desayuno en presencia de periodistas.
Varios de esos soldados pidieron a Gates «más tropas» en Irak, comprobó un periodista.
«Estamos tratando de aplicar nuevas medidas que nos llevarán hacia el progreso», declaró Gates sin referirse al posible envío de refuerzos a Irak. Asimismo expresó su deseo de que haya más esfuerzos en pro de la reconstrucción.
«Debemos asegurarnos que los vecinos de Irak comprendan que estamos aquí por un largo tiempo», añadió, en referencia a Irán y Siria.
Ayer, Gates se reunió con el presidente Jalal Talabani en el recinto de la embajada estadounidense en la «zona verde», el sector ultraprotegido de Bagdad.
Los dos hombres discutieron acerca de «la situación política y de la seguridad.