Trayvon Martin, mi hijo y el «código» de los negros


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Pensé que mi hijo sería mucho mayor cuando llegase el día en que tenía que hablarle del Código de los Hombres Negros. Tiene apenas 12 años y todavía duerme con animales de peluche y le tiene miedo a la oscuridad. Pero después de la tragedia de Trayvon Martin, tengo que explicarle a mi hijo que alguna gente puede asustarse al verlo.

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Por JESSE WASHINGTON FILADELFIA / Agencia AP

Estábamos en el auto, camino a la escuela, cuando se difundió la noticia de la muerte de Martin por la radio. «El tipo que lo mató tendría que ser arrestado. ¡El chico muerto no estaba armado!», expresó mi hijo al escuchar que el vigilante barrial George Zimmerman decía que había actuado en defensa propia al balear a Martin en Sanford, Florida.

Escuchamos el resto de la historia, la descripción de cómo Zimmerman vio a Martin, quien tenía 17 años, caminando a la salida de un negocio en una noche lluviosa, con la capucha de su sudadera en la cabeza. Cuando terminó el relato, apagué la radio y le dije a mi hijo las reglas que tiene que seguir para evitar ser otro Trayvon Martin, un muchacho negro que Zimmerman consideró «sospechoso», «listo para cometer fechorías».

Le expliqué el Código:

Presta atención a lo que sucede a tu alrededor, hijo, especialmente si estás en un barrio donde hay pocos negros. Tienes que comprender que, por más que no seas un delincuente, alguna gente puede pensar que sí lo eres, especialmente si tienes ciertas ropas.

Nunca discutas con la policía, pero protege tu dignidad y enorgullécete de tu humildad. Si te para alguien con una chapa o con un arma, no huyas, no te pelees ni hagas nada con tus manos que no sea levantarlas.

Por favor no pienses, hijo, que todos los blancos te consideran una amenaza. Las sospechas y la amargura pueden encadenarte. Pero por ser negro, debes hacer un esfuerzo por demostrarle a los extraños el tipo de persona que eres realmente.

Yo no era el único recitándole estas instrucciones a mi hijo. En todo el país esta semana los padres les hablaron a sus hijos, especialmente a sus hijos negros, sobre el Código. Es algo que va de generación en generación, una tradición oral que va evolucionando y que viene de los días en que un comentario al pasar podía costarle a un negro su trabajo, su libertad y, a veces, su vida.

Luego de la muerte de Trayvon Martin, Al Dotson Jr., un abogado de Miami y presidente de la organización 100 Black Men of America, le dijo a su hijo de 14 años que siempre debe estar pendiente de lo que pasa a su alrededor y de que alguna gente puede verlo de otra manera «porque tiene la suerte de ser afro-estadounidense».

«Se requiere un sexto sentido que no todo el mundo tiene», manifestó Dotson.

Dotson, quien tiene 51 años, recuerda haber recibido esas instrucciones de joven y de haberlas visto evolucionar con el paso del tiempo.

Sus abuelos le dijeron que cuando lidiase con la autoridad, dejase en claro que no representa amenaza alguna y asumiese una actitud casi sumisa. Posteriormente los padres le dijeron que respondiese respetuosamente y no fuese combativo.

Hoy Dotson le dice a sus hijos que sean siempre respetuosos, pero que no deben tolerar que les falten el respeto, recomendación que en la era de sus abuelos hubiera sido inaceptable.

De todos modos, Dotson teme por sus hijos, «que no comprendan quiénes son y dónde están, y no sepan responder al ambiente en que se encuentran».

Bill Stephney, ejecutivo de medios de Prensa que vive en un suburbio de Nueva Jersey mayormente blanco y asiático, tiene dos hijos, de 18 y 13 años. La muerte de Martin le dio la oportunidad de reiterarles una vieja lección: Los hombres negros pueden estar en la mira, de modo que «debes saber cómo manejarte según la situación».

Igual que Dotson, Stephney les dijo que deben ser muy cuidadosos y que deben sonar alarmas cuando los estereotipos puedan generar situaciones peligrosas.

Una noche a comienzos de la década de 1980, cuando estudiaba en la Adelphi University de Long Island, Stephney y una docena de aficionados al hip-hop fueron a comer a un White Castle después de una fiesta. Se instalaron en la playa de estacionamiento, comiendo y hablando, cuando aparecieron un escuadrón de patrulleros y un helicóptero comenzó a sobrevolar el lugar.

«Alguien denunció que había desmanes», les dijo la policía.

Stephney y su grupo hablaban mucho de la violencia que acosaba a los negros en Nueva York: el pintor de graffitis Michael Stewart murió tras ser arrestado por pintar en un tren en 1984; Michael Griffith murió atropellado por un auto cuando escapaba de una turba de blancos en 1986; la epidemia de crack que generó una ola de violencia de negros contra negros. Se sentían agredidos, como si la sociedad los considerase su enemigo.

Y sin embargo, hay un negro en la Casa Blanca.

Puedo escuchar a algunos amigos blancos que me dicen: ¿Qué prueba hay de que George Zimmerman se fijó en Trayvon Martin por su raza? Los linchamientos son algo del pasado, ¿por qué le enseñas a tu hijo a ser paranoico?».

Hay una diferencia entre ser paranoico y protegerse. Abunda la evidencia de que los hombres negros corren riesgos únicos: Estudios psicológicos indican que a menudo se los considera una amenaza y algunos estudios señalan que la gente tiende a pensar que cualquier objeto que no se ve bien puede ser un arma en manos de una persona negra.

Si, fue en los 50s que Emmitt Till, de 14 años, fue asesinado en Misisipí por coquetear con una muchacha blanca. Pero fue el miércoles pasado que un adolescente blanco de Misisipí se declaró culpable del asesinato de James Craig Anderson, a quien atropelló con su camioneta porque era negro.

Ante esto, hago lo que cualquier padre responsable haría: Le enseño a mi hijo como protegerse.

Pero también le pido que tenga sentido común.

Yo mido más de seis pies (1,95 metros) y peso más de 200 libras (90 kilos), hijo. Tú probablemente también seas grandote. Dependiendo de cómo te vistas, cómo hables y cómo actúes, alguien puede pensar cosas negativas de nosotros. Eso no quiere decir que son racistas. Quiere decir que son humanos.

Te cuento una anécdota

Una vez, después de dejar el auto en el taller mecánico, caminaba por la calle en nuestro tranquilo barrio suburbano, bajo una llovizna fría.

Vi a la distancia que tu madre salía de casa con el auto y avanzaba hacia mí. Cuando nos cruzamos, se detuvo, bajó la ventanilla y me dijo, riéndose:

«Cuando te vi, pensé, ‘¿qué hace ese tipo en nuestro barrio?»’.

VIDEO REVELADOR
EL ATACANTE


La familia de Trayvon Martin dice que un video policial del vigilante voluntario de barrio George Zimmerman no muestra las heridas que éste dice haber sufrido antes de matar a tiros al joven negro desarmado.

El video de 90 segundos muestra a la policía cateando a un Zimmerman esposado antes de llevarle a la estación policial en Sanford.

Zimmerman le dijo a la policía que le disparó a Martin, de 17 años, el 26 de febrero después que éste le atacó. Su abogado afirmó que Zimmerman sufrió una fractura de nariz durante una pelea y que la parte posterior de su cabeza tenía una herida.

El sargento de policía David Morgenstern confirmó el miércoles que el video difundido por la cadena ABC News muestra a Zimmerman. La cabeza y el rostro del hombre, de 28 años, son visibles en todo momento.

Un abogado de la familia Martin dijo que el video muestra claramente que la nariz de Zimmerman no estaba rota, que no se le notaba sangre en la cabeza ni en el rostro y que el vigilante tiene que ser penalizado por sus acciones.

«Esto ciertamente no parece ser un hombre al que la policía dice le rompieron la nariz y le golpearon la cabeza reiteradamente contra la acera», dijo el abogado Ben Crump en una declaración. «George Zimmerman no tiene heridas evidentes en ese video, lo que contradice claramente su versión de los eventos del 26 de febrero».

La policía no arrestó a Zimmerman, provocando la indignación pública y protestas en todo el país.

Zimmerman dijo que estaba siguiendo a Martin porque éste se comportaba de forma sospechosa y parecía estar intoxicado por alguna droga. Dijo que perdió de vista al joven y que Martin le atacó cuando él regresaba a su coche.

Los partidarios de Martin han dicho que el ataque de Zimmerman tuvo motivos raciales y han pedido que éste sea enjuiciado. El padre de Zimmerman es blanco estadounidense y su madre es peruana.

«Se requiere un sexto sentido que no todo el mundo tiene».
Al Dotson Jr.
Abogado