Después de 12 días de la erupción del volcán de Pacaya, residentes de al menos seis aldeas aledañas, no terminan de sobreponerse de la situación, que los dejó sin cosechas, animales, agua potable y láminas para subsistir.
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«Tratamos de sobreponernos de tanto dolor… el volcán se llevó mis cosechas de café y maíz, mi fuente de trabajo, lo que me daba de comer», dice Simeón Antonio Alfaro, un agricultor de la aldea San Francisco, que perdió lo que con tanto esfuerzo le permitía sobrevivir.
Según Alfaro, ayer lo visitaron técnicos de la Asociación Nacional del Café (Anacafé) y le indicaron que la ceniza enterró sus sembradíos y afectó el suelo.
Alfaro dice que podría obtener ganancias de su trabajo hasta dentro de tres años, pues es muy difícil que los cultivos puedan crecer adecuadamente; antes él comercializaba al menos 125 quintales de café anualmente, con lo que obtenía Q14 mil para mantener a su familia.
«Necesitamos fuentes de trabajo, sabemos que la ayuda que amablemente nos dan se va a acabar cuando pase todo esto, por eso queremos trabajo», dice.
Los animales de corral y los cuadrúpedos también resultaron heridos o muertos por las piedras y la lava que lanzó el volcán.
«Yo tenía como ocho gallinas y varios pollitos, pero varios se murieron, unos se quemaron o se golpearon», dice Petronila Peralta, madre de tres niñas y dos niños.
Por otro lado, también se constató que varias de las viviendas se quedaron sin láminas, por lo que la gente improvisa con bolsas de plástico para cubrir los techos de las casas. Los vecinos que prefirieron conservarlas están preocupados porque éstas tienen agujeros por todas partes y la lluvia podría afectarles.
«Agua»
Los pobladores de las aldeas Concepción El Cedro, San Francisco, Calderas, Pepinal, Bejucal y Mesillas, piden desesperadamente un pozo o una forma de obtener el vital líquido, pues dependen de los camiones que llegan a abastecerlos o de las bolsas o botellas que reciben, pero que no es suficiente, sobre todo para las familias grandes.
Aunado al problema está la falta de recipientes para conservar el agua, pues la fuerza del volcán afectó los mismos, incluso, camas, ropa y otros bienes materiales.
Solidaridad
A pesar de que la mayoría de vecinos de las aldeas en mención, atraviesan por la misma dificultad, solicitan a los medios de comunicación se visite a los residentes de otras aldeas o casas aledañas, pues dicen que todos están sufriendo lo mismo y necesitan que la información fluya para que las carencias sean atendidas.
«Tanto sufrimos nosotros como los de Calderas y las otras aldeas, estamos pasando por un mal momento, ¿ya visitó a otros vecinos?», se preguntaba Simeón Alfaro, en medio de la desesperación de haber perdido todo.
El volcán de Pacaya presenta el día de hoy actividad concerniente en la emisión sostenida y moderada de humo blanco, alcanzando una altura de 700 metros sobre el cráter en dirección oeste. La energía liberada por el coloso se mantiene estable, informó el Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Hidrología y Meteorología (Insivumeh).
Asimismo, David de León, vocero de la Conred, manifestó que mantienen la alerta roja institucional y alerta naranja poblacional, por la actividad moderada del coloso y por las lluvias del invierno, haciendo también advertencia a los visitantes para que no suban al volcán ya que podría ser peligroso».