Trata de personas, coyoterí­a y corrupción de menores, todo en una casa


Ví­ctimas.  Según el Ministerio Público existen seis bandas que se dedican a la trata de personas, las cuales operan incluso de paí­s a paí­s, vulnerando tanto a niños como  adolescentes.

Tres delitos fueron imputados a un hombre que era el encargado de una «casa de citas» ubicada en la zona 18; una joven de 17 años denunció, al momento de ser allanado el inmueble, que era explotada sexualmente.


Gustavo Orlando Pérez Linares es sindicado de los ilí­citos de trata de personas, ocultación de indocumentados y corrupción de menores; sus abogados defensores plantearon un incidente de violación al debido proceso y detención ilegal argumentando que su captura se efectuó horas después del plazo establecido por la ley.

Los hechos

La acusación presentada por el Ministerio Público (MP) contra Pérez Linares detalla que el 27 de septiembre de 2007, la fiscalí­a contra el Crimen Organizado en conjunto con la Policí­a Nacional Civil realizó un allanamiento en la manzana 14, lote 253, colonia Maya, zona 18, dirección en la que se ubicaba Casa Mishel, antro en el que se facilitan, previo pago, habitaciones para mantener relaciones sexuales.

Los delitos de corrupción de menores y trata de personas fueron imputados a Pérez Linares debido a que durante la pesquisa una joven de 17 años denunció que era obligada a sostener relaciones sexuales con las personas que visitaban el negocio; y por promover o facilitar los medios para que la joven fuera explotada sexualmente y de forma comercial, respectivamente.

En el caso del ilí­cito de ocultación de ilegales, le fue impuesto debido a que en el negocio que el sindicado administraba laboraban los hondureños: Dagoberto Velásquez Rivera y Carlos Contreras Castro; según la PNC éstos no poseí­an documetación legal para permanecer en el paí­s.

La razón comercial de la referida casa de citas es Cervecerí­a Casa Mishel; el MP identificó a Guillermina Cardona Martí­nez como la propietaria de ese negocio.

Incidencia

La Unidad de la Niñez Ví­ctima, del MP, reporta que en lo que va del año han sido presentadas en la esa fiscalí­a 35 denuncias por el delito de trata de personas, 23 se refieren a procesos anómalos de adopción y 12 referentes a la explotación sexual.

Según el MP, seis son las redes identificadas que se dedican a la captación de personas tanto con fines de adopción como de explotación sexual; estas organizaciones ilí­citas operan incluso de paí­s a paí­s.

La ley

El delito de trata de personas está contemplado en el artí­culo 194 del Código Penal (CP): «quien, en cualquier forma, promoviere, facilitare o favoreciere la entrada o salida del paí­s de mujeres para que ejerzan la prostitución», y contempla la pena de 1 a 3 años y multa de Q 500 a Q 3 mil.

La corrupción de menores, artí­culo 188 CP: «quien, en cualquier forma promoviere, facilitare o favoreciere la prostitución o la corrupción sexual de menor de edad, aunque la ví­ctima consienta en participar en actos sexuales o en verlos ejecutar», es penado con prisión de 2 a 6 años.

El ilí­cito de ocultación de ilegales, detallado en el artí­culo 106 de la Ley de Migración: «la persona que permita la ocultación de personas extranjeras que hayan ingresado o permanezcan dentro del territorio guatemalteco, sin cumplir con los requisitos legales», es sancionado con prisión de 3 a 6 años.