Trasplante de hí­gado ofrece una nueva opción para un cáncer raro


Salud_2

Los primeros resultados revelan mejorí­as significativas en la supervivencia por el cáncer de ducto biliar.

ANN ARBOR Universidad de Michigan

Robert “Buzz” Huele creyó que el escozor que experimentaba se debí­a a la recurrencia de un caso anterior de herpes zóster. Pero cuando su médico vio que también mostraba ictericia de inmediato supo que habí­a algún problema con el hí­gado de Gehle.

A Gehle se le diagnosticó colangiocarcinoma, un cáncer del ducto biliar, en octubre 2009,  pronto quedó en claro que la cirugí­a tradicional no era una opción.

En cambio los médicos en el Centro Integral del Cáncer de la Universidad de Michigan iniciaron la quimioterapia y radiación de Gehle y le sometieron a una serie de exámenes para determinar si el hombre, de 65 años de edad, era por lo demás lo suficientemente sano como para darle un tratamiento nuevo, un transplante de hí­gado.

El transplante de hí­gado se usa a menudo para el cáncer que ocurre dentro del hí­gado. Pero la UM es uno de los pocos centros en todo el paí­s que ofrecen en transplante para el cáncer del ducto biliar, una estructura que conecta, como un tubo, el hí­gado con los intestinos.

La extirpación quirúrgica del cáncer de ducto biliar puede ser extremadamente difí­cil, y aun cuando la cirugí­a es una opción, el cáncer con frecuencia reaparece.

“í‰ste es un tumor con el cual siempre tenemos que luchar”, dijo Christopher Sonnenday, profesor asistente de cirugí­a en la Escuela de Medicina de la UM. Sonnenday, un cirujano de transplantes, forma parte de la Clí­nica Multidisciplinaria de Cáncer de Hí­gado en el Centro Integral del Cáncer de la UM.

“Históricamente el transplante no se ha considerado como un buen tratamiento para el cáncer. Lo que hemos aprendido en años recientes es que si uno selecciona a los pacientes con mucho cuidado y encuentra los pacientes adecuados, a estos pacientes el transplante puede ayudarlos”, señaló Sonnenday.

El procedimiento es más beneficioso para los pacientes cuyo cáncer de ducto biliar no puede tratarse quirúrgicamente y no se ha extendido a otros órganos. A los pacientes primero se les da un tratamiento que combina quimioterapia y radioterapia y se les somete a una serie de pruebas para comprobar que el cáncer no se ha propagado.

Dado que estos pacientes no tienen una enfermedad crónica del hí­gado, como ocurre con el candidato tí­pico para el transplante, a Red Unida de Intercambio de í“rganos automáticamente les da puntos adicionales en el sistema de asignación de hí­gado, de manera que pasan a una posición favorable en la lista en relación con la urgencia de su caso. Tí­picamente hay disponible un hí­gado dentro de tres a seis meses. Durante la cirugí­a, los médicos extirpan todo el hí­gado y el ducto biliar y llevan a cabo el transplante de hí­gado.

Los pacientes con cáncer de ducto biliar sometidos a la cirugí­a tradicional tienen una tasa del 30 al 40 por ciento de supervivencia de más de cinco años. Para los pacientes que no pueden tener esta operación la tasa de supervivencia es solo del 5 al 10 por ciento.

Los primeros datos sobre el tratamiento del cáncer de hí­gado indican tasas de supervivencia del 75 al 85 por ciento en cinco años, lo cual es similar a las tasas generales de supervivencia del transplante de hí­gado.

“Este tratamiento ofrece esperanzas para un grupo selecto de pacientes con cáncer de ducto biliar para los cuales, antes, no habí­a realmente otras opciones eficaces. Obviamente, lo que estamos esperando es saber qué ocurrirá con estos pacientes a largo plazo. En este momento, esto luce mejor que cualquier otra cosa que podamos hacer en general para los pacientes con cáncer de ducto biliar”, señaló Sonnenday.

Huele fue el primer paciente sometido al procedimiento en la UM después que estuvo en la lista para transplantes durante un mes. Un año más tarde está libre de cáncer.

“Ya casi voy a cumplir mi primer año de retiro”, dijo Huele. “Si no hubiese tenido el transplante no estarí­a aquí­. Los médicos en la UM, básicamente, me salvaron la vida”.

Estadí­sticas del cáncer de ducto biliar: Cada año unas 3.000 personas en Estados Unidos tienen un diagnóstico de colangiocarcinoma, o cáncer del ducto biliar. Después de cinco años menos del 20 por ciento sigue vivo.