El presidente colombiano, ílvaro Uribe, trasladará desde la tarde de hoy, y por una semana, su despacho a la ciudad de Cali (suroeste), donde hace dos semanas un coche bomba atribuido a las rebeldes FARC mató a una persona y dejó 34 heridos, anunció el gobierno.
La decisión gubernamental está precedida por una multitudinaria marcha, el pasado 12 de abril, que inundó las calles de la tercera ciudad colombiana para rechazar el atentado atribuido por las autoridades a la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia.
Ese día, y paralelo a la protesta, el presidente ílvaro Uribe encabezó un consejo de seguridad en esa ciudad y anunció que trasladaría temporalmente su despacho para supervisar los operativos policiales y la reconstrucción de los inmuebles afectados por el estallido.
Según explicó en esa ocasión el ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, la carga explosiva estaba colocada en una camioneta cuyo conductor aprovechó el rojo de un semáforo y la dejó abandonada frente a la sede de la policía en Cali (450 km al suroeste de Bogotá), segundos antes de que estallara.
Según Santos, el conductor de la camioneta huyó rápidamente calle abajo y fue recogido por un motociclista que lo esperaba. En medio de operativos policiales posteriores, las autoridades lograron capturar la semana pasada a tres de los sindicados autores del atentado.
La explosión, que ocurrió poco después de la medianoche del domingo al lunes, destruyó la fachada del edificio donde funciona el comando de la policía de Cali y provocó daños en unas 30 viviendas y un hotel cercanos.