Los equipos de socorro trataban de llegar desde la madrugada de hoy, en medio de la lluvia y el frío, a localidades aisladas de Costa Rica, en una de las cuales se encuentran varados unos 400 turistas, tras el terremoto de la víspera que ya ha dejado 14 muertos.
Centenares de personas continuaban aisladas en la zona de Vara Blanca, una de las más afectadas por el terremoto de 6,2 grados en la escala de Richter registrado el jueves al lado del volcán Poás, a unos 40 kilómetros de San José, el más fuerte registrado en la región en los últimos 150 años.
Los socorristas temían lo peor en Chinchona, otra localidad que quedó totalmente aislada, ya que las carreteras han quedado destruidas.
Entre las personas aisladas se encontraban unos cuatrocientos turistas atrapados en un hotel situado en las Cataratas de la Paz, a unos 4 kilómetros de Vara Blanca, que fue arrastrado por un deslizamiento de tierra.
Roberto Gómez Jiménez, de 22 años, trabajaba en el hotel los Jardines de las Cataratas, de donde escapó a través de fincas, para enterarse en casa de que un primo suyo y un amigo de éste habían fallecido en San Rafael de Vara Blanca cuando ordeñaban en una vaquería.
Su amigo Rodrigo Gómez dijo que «hay muchos rumores de desaparecidos, pero que se pueden dar por buenos» en esta zona montañosa donde los aludes de tierra han cambiado el paisaje, soterrando o arrastrando casas y carreteras.
En Vara Blanca no hay luz ni agua, aunque milagrosamente funciona el teléfono fijo. Sin embargo, no hay teléfono celular y las carreteras han quedado en algunas zonas seriamente afectadas y en otras simplemente se las ha tragado la tierra.
Grietas, aludes de tierra, árboles caídos y el tendido eléctrico maltrecho dificultan la labor de los cuerpos de socorro, que en la madrugada de este viernes intentaron llegar a las zonas aisladas, donde se teme que se pueda agravar el balance de muertos y desaparecidos.
La lluvia y la niebla dificultan las operaciones de rescate retrasando la llegada de helicópteros para participar en las labores de rescate, mientras máquinas excavadoras llegaban a la zona para dejar expeditas las carreteras.
Cientos de personas han pasado la fría noche en albergues habilitados en escuelas o tiendas de campaña instaladas en fincas, después de que decenas de casas quedaran destruidas en esta zona agrícola-ganadera y turística.
Según José Joaquín Monge Jiménez, del comité de emergencias de Vara Blanca, 60 casas han quedado destruidas, entre ellas la suya, de la que sólo ha quedado en pie un cuarto. Afortunadamente nadie de su familia ha sufrido daños.
El temor a que las réplicas que se han sucedido a lo largo de la noche terminen haciendo caer muchas viviendas fuertemente afectadas ha hecho que otras personas prefirieran dormir a la intemperie.
«La situación verdadera sólo se sabrá este viernes», dijo a la AFP María de los íngeles Hidalgo, del Comité de Emergencia Nacional (CNE), en San Pedro de Poás, a unos 10 km de Vara Blanca, donde los daños materiales en comercios y viviendas son también cuantiosos.
Este viernes al amanecer los socorristas de la Cruz Roja encontraron a 10 muertos en un inmueble que se derrumbó en la aldea de Cataratas, próxima al volcán, lo que elevó a 14 la cifra de fallecidos por el sismo.
Entre los muertos hay tres niñas, entre ellas dos hermanas, aplastadas por un desprendimiento de tierra en un camino que lleva al pueblo Dulce Nombre de Poás.
La CNE dispuso apoyo aéreo para llegar lo antes posible hasta las personas aisladas, el que comenzaría este viernes con cuatro helicópteros para rescatar y trasladar heridos a los hospitales.
Como Costa Rica carece de Fuerzas Armadas, el gobierno tuvo que alquilar helicópteros civiles, pero el Ejército de Estados Unidos enviará este viernes dos aparatos Blackhawk, que tienen su base en Honduras, dijeron funcionarios.
La CNE decretó la alerta roja en la gran área metropolitana que comprende las ciudades de San José, Cartago, Alajuela y Heredia, todas situadas en el Valle Central, donde se concentran 2,5 millones de los cuatro millones de habitantes del país.
Autoridades de Colombia coordinan con sus pares de Costa Rica labores de ayuda a los afectados por el terremoto de ayer que dejó al menos 14 muertos y graves daños en el país centroamericano, informó hoy la cancillería colombiana.
En un comunicado, el ministerio de Exteriores señaló que funcionarios de ambas naciones mantienen contacto, al tiempo que manifestó su solidaridad al pueblo y al gobierno costarricenses «por las lamentables pérdidas de vidas humanas y las decenas de heridos que ha dejado el sismo».
El gobierno colombiano también hizo votos «por la pronta recuperación de las personas heridas» y expresó «condolencias a las familias de las víctimas mortales».
El número de fallecidos que dejó el terremoto de 6,2 grados en la escala de Richter aumentó a 14 luego de que en la madrugada de este viernes los socorristas encontraran los cadáveres de 10 personas en la zona del epicentro, según la Cruz Roja Costarricense.
Puentes caídos, kilómetros de caminos agrietados o derrumbados, postes eléctricos derribados y viviendas y vehículos destruidos: el balance de los daños causados por el terremoto en Costa Rica puede tardar varios días en ser completado, advirtieron las autoridades.
El terremoto destruyó o dañó severamente al menos siete puentes, unos 16 kilómetros de rutas, 400 casas, varios buses de turismo y automóviles, además de cultivos (por desbordes de ríos), según un balance preliminar, pero este viernes todavía se desconocía la real magnitud de las pérdidas por el terremoto de 6,2 grados en la escala de Richter registrado el jueves, que dejó al menos 14 muertos y aún mantiene a 400 turistas aislados.
También se mantenían interrumpidos este viernes los servicios de agua potable y telefonía celular en áreas cercanas al epicentro, en la zona del volcán Poás, cercano a San José.
«Las pérdidas materiales no han sido estimadas, pero es claro que cientos de familias han sufrido serios daños en sus viviendas», dijo el presidente Oscar Arias en un mensaje a la nación el jueves.
Funcionarios de socorro y de gobierno reconocieron que tardarán varios días cuantificar la totalidad de los daños en la infraestructura pública y propiedad privada en la zona del volcán Poás, uno de los principales atractivos turísticos de Costa Rica.
«Los reportes de daños indican que unas 42 comunidades fueron afectadas y se registran impactos importantes en la infraestructura eléctrica y civil», dijo la Comisión Nacional de Emergencias en su último balance.
Numerosos derrumbes en rutas en la zona del Poás, en cuyas laderas hay bosque húmedo, han dificultado la tareas de rescate de víctimas y personas aisladas, entre ellas unos 400 turistas extranjeros, pero la cuantificación de los daños materiales tardará mucho más.