La policía británica seguía hoy las huellas del polonio 210, causante de la muerte del ex espía ruso Alexander Litvinenko, tras descubrirse trazas de esa sustancia radiactiva en el domicilio londinense del multimillonario ruso Boris Berezovski, enemigo del Kremlin.
Scotland Yard selló anoche el número 7 de Down Street, donde se encuentra la oficina de Berezovsky, un amigo del ex agente de inteligencia ruso que falleció el jueves pasado en un hospital de Londres.
Berezovsky, quien también está exiliado en Gran Bretaña, es – al igual que lo era Litvinenko -, un gran crítico del presidente de Rusia, Vladimir Putin, que ha rechazado estar vinculado a la muerte del ex agente de inteligencia ruso.
El primer ministro Tony Blair declaró hoy que ninguna «barrera diplomática o política» impedirá la investigación sobre la muerte del ex espía.
«Es evidentemente un asunto muy, muy serio. Estamos determinados a encontrar qué pasó y quién es el culpable», declaró el jefe de Gobierno británico.
El otro domicilio en el que se encontraron huellas del polonio radiactivo, la sustancia hallada en la orina de Litvinenko, corresponde a la sede de una empresa internacional de seguridad, asimismo en el centro de Londres, que fue también sellada por la policía.
Hasta el momento cinco personas que estuvieron en esos sitios o que se reunieron con él están siendo sometidas a pruebas radiológicas como medida preventiva, ante síntomas que podrían indicar contaminación radiactiva.
El ministro de Interior británico, John Reid, reveló el lunes en el Parlamento que unas 500 personas llamaron a una línea especial abierta por el gobierno, para dar asistencia a personas que estuvieron en los sitios en donde estuvo el ex agente de inteligencia, o se reunieron con él.
En otro desarrollo de esta historia evocadora de los espeluznantes asesinatos de espías durante la guerra fría, se supo el martes que el italiano Mario Scaramella, quien ha sido identificado como la última persona que estuvo con el ex agente ruso antes de ingresar en el hospital, está de regreso en Londres, donde será interrogado por la policía.
Mario Scaramella, que viajó a Londres para entrevistarse con Litvinenko, tras lo cual regresó a Italia, será interrogado como testigo, y se someterá también a pruebas radiactivas, según indicó él mismo a la televisión británica.
Según un allegado de Litvinenko, Scaramella dijo a Litvinenko, quien estaba investigando el asesinato de la periodista rusa Anna Politkovskaia, que su nombre aparecía en una «lista negra» de los servicios de inteligencia soviéticos KGB.
Scaramella dio al ex espía esa lista, reportó la fuente, que la describió como un memorando delineando una conspiración para asesinar a varias personas opuestas al Kremlin, entre los cuales estaba el ex agente y el propio Scaramella.
No se sabe dónde ni cómo el italiano obtuvo esa lista.