Tras el terremoto, de regreso a la escuela


Haitianos participan en el programa

Bajo una carpa o en galpones, los escolares hicieron esta semana su reingreso a clases en escaso número en las zonas siniestradas de Haití­, nueve meses después del sismo que destruyó o dañó gravemente cerca del 80% de los establecimientos educativos en la región de Puerto Prí­ncipe.


Una vendedora se sienta frente a un anuncio proselitista para las elecciones de finales de noviembre. FOTO LA HORA: AFP Thony BELIZAIRECientos de niños deben volver a la escuela, después de estabilizar los daños por el terremoto. FOTO LA HORA: AFP Thony BELIZAIREBill Clinton, ex presidente estadounidense, en una visita de coordinación de la reconstrucción. FOTO LA HORA: AFP Thony BELIZAIRE

En una vasta zona donde dos escuelas destruidas se fusionaron, la Unicef (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia) instaló galpones con el fin de recibir a los niños, que ahora se deberán habituar a salones de clase abiertos y a una difí­cil cohabitación.

«Nosotros acogemos a dos clases en el mismo espacio. No hay suficiente lugar para los niños, pero debemos hacerlo», se resigna una educadora.

Numerosos profesores y alumnos murieron durante el terremoto del 12 de enero, que dejó más de 250 mil muertos y más de 1 millón de desamparados.

Muy pocos alumnos se presentaron el lunes para su primera jornada de clase en la zona que reúne a la escuela Célie Lilavois y la Escuela nacional de Brasil.

Flonise, de 14 años, dijo presente, pero es la única que asistió a clases en su familia.

«Mi hermano y mi hermana menor tendrán que esperar hasta diciembre, cuando puede ser que mi mamá pueda pagar los gastos escolares. Yo tengo suerte, me regalaron los uniformes», dijo la adolescente, que aún no terminó de cursar la escuela primaria.

«La crisis económica y las condiciones de vida de las familias perjudican el regreso a clases. Eso se dará de forma progresiva», comentó Miloudy Vincent, funcionaria del ministerio de Educación.

En los campos que albergan a los damnificados por el sismo, donde hay muchos niños, el retorno a las aulas se hará más tarde, cuando se reúnan los medios para ello.

La Unicef distribuyó textos y uniformes para millares de escolares provenientes de familias damnificadas, pero en un número aún insuficiente en comparación con las necesidades de la población.

El organismo prometió apoyar a 2.000 establecimientos escolares y a más de 700.000 niños, así­ como a los profesores, que recibirán abastecimientos, precisó Nathalie Hamoudi, funcionaria de la Unicef.

Luckerson Pierre, de 8 años, comenzó un poco perdido su primer año de escolarización, pero él ya sabe que quiere ser docente en el futuro. «Yo perdí­ a mi hermana Emmanuela en el sismo. Hoy vengo a la escuela gracias a benefactores que me dieron el uniforme y los libros», explicó.

En otros lugares de Puerto Prí­ncipe, los salones de clase instalados bajo carpas dañadas no facilitan la enseñanza en esta temporada de lluvias, donde son barridos por vientos violentos, inundaciones y aludes, que la semana pasada han dejado nuevas ví­ctimas en el paí­s.

«Después del sismo, la cosa más importante para los jóvenes es la escuela», reiteró el ministro de Educación, Joel-Desrosiers Jean-Pierre, tras asistir a la apertura de las clases en las dos escuelas fusionadas.

Bajo el fondo de manifestaciones de liceales y de docentes desconformes por la falta de medios, el ministro solicitó a cerca de 200 personas refugiadas en uno de los liceos de la capital dejar el lugar para permitir el ingreso de los estudiantes.

«El objetivo del Estado es traer a todos los niños de Haití­ a la escuela. Esta vez la educación universal debe transformarse en una realidad en un paí­s donde más de 300.000 niños se encuentran fuera del sistema», dijo el ministro.

«Los profesores están prontos para el reintegro a clases, pero son también los padres quienes deben asegurar la escolarización de sus niños», advirtió Yolaine, una docente con 20 años de carrera.