La desaceleración en la economía de Estados Unidos no afectará de manera significativa el flujo de remesas que son enviadas de ese país hacia Latinoamérica.
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Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), esto se debe a que los inmigrantes van a reestructurar el sistema de transferencias a través de su forma de trabajo.
El organismo multilateral refiere que, ante la amenaza de la desaceleración en la economía estadounidense, «los trabajadores inmigrantes compensarán trabajando más horas y en más trabajos, moviéndose a diferentes sectores, mudándose a otros estados».
En consecuencia, consideran que no habrá un impacto significativo en el envío de remesas hacia los países de Latinoamérica y el Caribe.
Se estima que el año pasado, el monto de las transferencias hacia la región superó los 66,5 mil millones de dólares, mientras que las destinadas a Guatemala sumaron US $4,1 mil millones.
Ernesto Stein, jefe del BID para México, Centroamérica y el Caribe, reconoció que los inmigrantes se adaptarán a los fenómenos económicos norteamericanos y de esa forma, continuarán de forma continua los flujos de remesas que fueron positivas en ciclos pasados.
En el largo plazo se estima que existan más oportunidades para la migración hacia los países desarrollados, en tanto que «la necesidad de los jóvenes de encontrar trabajo en la mayoría de los países desarrollados coincide con la necesidad de trabajadores jóvenes en la mayoría de los países desarrollados».