Los transportistas de Nicaragua intensificaron ayer las protestas contra el gobierno sandinista, al arribar a su noveno día de paro nacional, en el que se produjeron enfrentamientos que dejaron 15 policías y 50 civiles heridos, según diversas fuentes.
La violencia comenzó cuando la policía antimotines dispersó con disparos y gases lacrimógenos a transportistas en paro que cerraron la vía en el empalme de San Benito y Las Maderas, los kilómetros 55 y 40 de la carretera Panamericana.
El operativo policial originó fuertes choques con los transportistas que se defendían con piedras y machetes, que dejaron 15 agentes y unos 50 manifestantes heridos, decenas de detenidos y dos cabezales de camiones de carga quemados, según los primeros informes.
«La policía lamenta la violencia, tenemos 15 policías con lesiones serias», afirmó la jefa de la Policía Nacional, primera comisionada Aminta Granera, quien advirtió que no permitirán que las protestas sigan obstaculizando el tránsito y alteren el orden público.
La población de San Benito por su parte denunció que los operativos policiales afectaron a niños que fueron alcanzados por los gases lacrimógenos y viviendas con impactos de bala.
La policía informó de la existencia de bloqueos en otros puntos de acceso a Managua, en los que no se presentaron incidentes que lamentar, que persiguen bloquear la llegada de mercaderías y desabastecer a la capital.
El paro de transporte se radicalizó tras fracasar en la noche del lunes las conversaciones que dirigentes de cooperativas de transporte público, interurbano, de carga y taxis sostenían con el gobierno para buscar una solución a su demanda de congelar el precio del combustible.
Los transportistas se retiraron de la reunión debido a que el gobierno -representado por el ministro de Transporte- se negó a formalizar y beneficiar a todo el sector con su oferta de reducir el precio del combustible.
«Todo esto ha sido una pantomima, una farsa», afirmó el presidente de la Cámara Nicaragí¼ense del Transporte (CNT), Andrés Lara, quien adelantó que sólo se reunirán con el presidente Daniel Ortega, quien «es el único que puede resolver el problema» y evitar que el paro -en el que participa el 80% del sector- lleve a Nicaragua «al caos económico».
Los daños a la economía provocados por el paro oscilan, según los expertos, en ocho millones de dólares, mientras más de 2 mil contenedores llenos de mercaderías siguen varados en su mayoría en Puerto Corinto, en el Pacífico nicaragí¼ense, desde que se inició la huelga el pasado 5 de mayo.
Los transportistas llamaron a la población a sumarse a la protesta alegando que los elevados precios del combustible que registra Nicaragua en comparación al resto de Centroamérica, también afecta el bolsillo de los consumidores.
«Solicitamos al pueblo que salga a las calles junto con nosotros», exhortó el presidente de la Cámara de Transporte.
El precio de los alimentos de la canasta básica subió en Nicaragua 48% durante el primer trimestre del año a causa de la subida del precio del combustible que alimenta una inflación interanual de 18,91%, la más alta de la región.
Los transportistas exigen al presidente Ortega que cumpla con la promesa que hizo durante su campaña electoral de reducir el precio de los combustibles, con el apoyo que recibe desde hace año y medio de Venezuela, a través de un acuerdo de venta preferencial de crudo que no tiene ningún impacto en el mercado local.