Las extorsiones y la violencia se complican para los operadores del transporte; empresarios y pilotos deben pagar la extorsión a dos o más grupos de delincuentes. Esta mañana murió un pasajero y otras dos personas resultaron heridas en un bus de la zona 21, una de las hipótesis responde a la intimidación de dos bandas delincuenciales.
mcastanon@lahora.com.gt
Esta mañana se perpetró un ataque contra un bus en la 16 avenida y 12 calle de la colonia Nimajuyú, zona 21, donde murió Juan Antonio Pineda Batres, de 23 años, mientras que el piloto Alejandro Juárez Martínez, de 48 y la usuaria Helen Charlyn Castañeda, 19, resultaron heridos.
Existen dos hipótesis del suceso: la primera que previamente al hecho, los conductores de esa ruta habrían sido amenazados por un hombre que descendió de un vehículo blanco, quien les indicó que si no pagaban la extorsión una persona moriría, sin embargo, también se cree que el hecho pudo ser directo contra el pasajero, por la cantidad de casquillos encontrados en el cadáver de la víctima (4).
Un conductor quien pidió no ser citado, indicó que existen dos grupos criminales que hostigan a los buses de esas rutas, uno cobra Q200 y el otro Q300 semanalmente, éstos arremeten contra los operadores del transporte, cuando no se les paga ese dinero.
Uno de los hallazgos de esta mañana y por los que se cree que el ataque responde a extorsión, es que el conductor llevaba Q22 en la mano, que se presume entregaría al atacante, como pago de algo, pero como la cantidad exigida por el delincuente era menor de lo que esperaba disparó.
Mientras que el joven pasajero, que murió en el bus, viajaba junto a la otra usuaria que resultó herida, ambos eran miembros activos de una iglesia evangélica y según la hermana del fallecido, Lilian Teresa Pineda, la víctima era estudiante.
PERSISTE HOSTIGAMIENTO
Investigaciones de la Policía Nacional Civil (PNC) dan cuenta que existen empresas de transporte que le pagan extorsión a más de dos grupos criminales, un ejemplo de éstas son las que cubren la ruta al Pacífico, las cuales han sido afectadas por la proliferación de esas bandas.
Sin embargo, el transporte urbano también es afectado por la situación, la ruta 40R es una de ellas, donde según los registros policiales, hace algunos meses existían hasta cinco grupos que la hostigaban, los victimarios son parte de bandas organizadas, pero también sobresale la participación de pilotos y ayudantes en esas unidades de transporte.