Tráfico de niños guatemaltecos en el NY Times (III)


«Alarmados de ver tantas adopciones extranjeras en Guatemala, miembros del Consejo de Abogados Centroamericanos de Derechos Humanos, quienes se reunieron en el Marriott en agosto, emitieron una declaración cuestionando si el sistema del paí­s «convierte al niño en un objeto, como una pieza de mercancí­a», sigue diciendo el Times.

Roberto Arias

Lo crucial para el negocio son las jaladoras, como les llaman localmente a las comerciantes de niños. Viajan constantemente por el interior buscando mujeres embarazadas y muchachas con ese problema. La adopción se presenta como una respuesta perfecta que dejará al niño con una familia acomodada y a la madre con más posibilidades económicas, pagándole sus facturas médicas y proveyéndole subrepticiamente dinero directo».

«A pesar que la mayor parte de paí­ses prohí­ben pagarle a las madres que dan a sus hijos en adopción, aquí­ ocurre regularmente, es un secreto abierto que a las madres se les dice que nieguen si alguien pregunta».

«Me dieron algo de dinero» reconoció bajo la condición de anonimato, una madre de 12 años que fue entrevistada en octubre en una oficina estatal, cuando se le preguntó si la habí­an compensado por entregar a su bebé. No sé cuánto. También a mi papá le dieron dinero».

«Su padre, entrevistado por separado, negó haber recibido algo. Los pagos, en el mundo de las adopciones dan la impresión aquí­, de una forma de benevolencia. Algunas parejas estadounidenses se dicen que si van a pagar de US$25 mil a US$30 mil por un niño adoptado ?lo que generalmente se paga en honorarios a las agencia de adopción en los Estados Unidos, a abogados guatemaltecos y otros involucrados en el sistema- ¿no deberí­a la madre natural quedarse con algo?».

«La Convención de La Haya sobre adopciones internacionales tiene una respuesta. Alfonso Portillo, entonces presidente de Guatemala, firmó el Tratado en 2002, y después de años de retos legales la Corte de Constitucionalidad de la Nación dictaminó definitivamente este año que el paí­s debe atenerse a él».

«El tratado declara que las adopciones internacionales deben realizarse únicamente después de buscar en el paí­s un hogar lleno de amor, preferiblemente con los parientes del niño. También tiene la intención de: «Prevenir el secuestro o rapto, la venta de, o tráfico de niños» y limita pagos a «únicamente costos y gastos, incluyendo honorarios profesionales razonables».

«Varios paí­ses firmantes, incluyendo a Canadá, Alemania e Inglaterra, han restringido las adopciones guatemaltecas debido a sus aparentes incumplimientos. Los Estados Unidos han dicho que planean unirse a la convención el año próximo. Sobre esto los oficiales dicen que Washington intenta ponerle un alto a la aprobación de adopciones de paí­ses que no llenen los estándares o los niveles exigidos por el tratado».

«Guatemala es nuestra mayor preocupación», dijo Catherine Barry, una secretaria de estado asistente para asuntos consulares.

El contenido de este reportaje en el New York Times deja muy clara la doble moral que se maneja en ciertos cí­rculos en Guatemala. El tema es vergonzoso para todos los guatemaltecos aún con dignidad.