En cuatro entregas anteriores he realizado la transcripción de la libre traducción del reportaje que me enviaron de los Estados Unidos, publicado en el New York Times para vergí¼enza internacional de Guatemala, aunque dicen algunos políticos que una vez corra plata de por medio, una mancha más o menos no afecta al tigre; por el contrario, el camuflaje es mayor para el ojo de los incautos chapines.
Quienes apoyan la venta de niños en Guatemala argumentan que a éstos se les dará de todo en el país de los padres adoptivos, quienes generalmente son estadounidenses. Los infantes, en consecuencia, no sufrirán los embates del hambre, de la falta de educación y oportunidades para su desarrollo integral, como les ocurriría si se quedaran viviendo en remotas aldeas de un país subdesarrollado como el nuestro.
Es difícil comprender qué es más vergonzoso: Haber convertido a Guatemala en una granja que cría niños, como si fueran conejos, para venderlos como mercancía o, los falaces argumentos apuntados y utilizados por quienes apoyan el indigno comercio de niños guatemaltecos para satisfacer su enorme necesidad producida por la voracidad desatada aquí donde los gobiernos y ciertos sectores de la iniciativa privada están engarzados en una constante competencia por el liderazgo de la corrupción.
Dentro de las redes del tráfico de niños se encuentran involucradas personas de buenas y malas familias, quienes ejercen profesiones tan radicalmente opuestas como médicos, gerentes de hoteles, abogados, políticos, prestamistas e inversionistas, etcétera.
La Convención de La Haya Sobre Adopciones Internacionales fue firmada en 2002 por Alfonso Portillo, entonces Presidente de la República y, después de muchas deliberaciones, aparentemente, la Corte de Constitucionalidad aceptó en 2006 su validez.
Otra vergí¼enza para Guatemala consiste en lo que ya fue traducido y publicado en estos escritos pero que ahora es pertinente resaltarlo:
«Varios países firmantes, incluyendo a Canadá, Alemania e Inglaterra, han restringido las adopciones guatemaltecas debido a sus aparentes incumplimientos. Los Estados Unidos han dicho que planean unirse a la Convención el año próximo (2007). Sobre esto los oficiales dicen que Washington intenta ponerle un alto a la aprobación de adopciones de países que no llenen los estándares o los niveles exigidos por el Tratado.»
» ’Guatemala es nuestra mayor preocupación’, dijo Catherine Barry, una secretaria de estado asistente para asuntos consulares.»
Es propio agradecer al ex magistrado de la Corte de Constitucionalidad, licenciado Rodolfo Rohrmoser, el comentario sobre el tema en la página de Opinión del Diario La Hora del 5 de diciembre de 2006, bajo el título «El convenio de La Haya sobre adopciones internacionales está vigente», así como también es propio agradecer vivamente a la licenciada Dina Ester Castro Mejía, Abogada y Notaria, el comentario publicado también por el Diario La Hora en su página de Opinión el día 11 de diciembre de 2006, bajo el título «El convenio de La Haya nunca ha sido ley en Guatemala».
Por de pronto, finalizo.