El tráfico aéreo europeo volvía hoy a la normalidad con nuevas cifras sobre las pérdidas que la parálisis provocó en el sector, mientras el volcán islandés Eyjafkí¶ll, que bloqueó en tierra a unos siete millones de pasajeros, seguía en erupción pero sin señales visibles.
Tras la parálisis de cinco días provocada por la nube de cenizas expulsadas por el volcán islandés, que provocó la anulación de 95.000 vuelos en más de 300 aeropuertos en Europa, el espacio aéreo volvía a la normalidad, según la Organización Europea de Navegación Aérea (Eurocontrol).
El jueves «deberían garantizarse en Europa unos 29.000 vuelos», indicó Eurocontrol, que atribuyó «un pequeño número de anulaciones debido a algunos problemas logísticos» de determinadas compañías.
Los aeropuertos de Finlandia, Noruega y Suecia que estaban cerrados en la mañana, reanudaban progresivamente su actividad.
El volcán Eyjafkí¶ll, sur de Islandia, que expulsó densas nubes de cenizas a partir del 14 de abril, continuaba en erupción «con leve aumento pero sin señales visibles», indicó a la AFP Steinunn Jakobsdottir, de la Universidad de Reykjavik.
Los aeropuertos de Francia funcionaban con normalidad. En el parisino de Roissy-Charles de Gaulle por donde circulan más de 50 millones de pasajeros por año la actividad era «normal», pero el londinense de Heathrow, principal plataforma mundial de pasajeros, aún necesita «cierto tiempo» para funcionar al 100%.
España, donde 14 aeropuertos estuvieron cerrados sólo unas horas el domingo, sirvió de plataforma para la llegada de pasajeros que se dirigieron a sus destinos europeos por tierra.
Levantadas las restricciones aéreas, los afectados empezaban a cifrar los daños económicos.
A las aerolíneas que estimaron sus pérdidas en los últimos días, el jueves se sumó la escandinava SAS indicando que la nube de cenizas le costó hasta ahora unos 50 millones de euros (66 millones de dólares).
El miércoles, el presidente del organismo que agrupa a 230 líneas aéreas, la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA), Guivanni Bisignani, instó a los gobiernos europeos a «asumir sus responsabilidades» y a ayudar a las compañías aéreas que por el cierre de los aeropuertos registraron un lucro cesante de 1.700 millones de dólares.
Los aeropuertos europeos evaluaron sus pérdidas en 1.260 millones de euros (1.638 millones de dólares), según el Consejo de Aeropuertos para Europa.
La Asociación de Gestión del Tráfico Aéreo (CANSO) estimó las suyas en 25 millones de euros diarios (33 millones de dólares).
En el sector turístico, el mayor operador europeo, TUI Travel, indicó que en los tres peores días de la crisis perdió 22,6 millones de euros (30,1 millones de dólares).
Los millones de viajeros afectados, en virtud del artículo 8 de una reglamentación europea de 2004 tienen derecho a reclamar el reembolso de su billete de avión. La compañía no puede negarles el reembolso que incluye las tasas de aeropuerto.
El bemol lo puso la compañía irlandesa de bajo coste Ryanair que el miércoles anunció que sólo pagaría el «precio inicial del billete» y ninguna compensación por hoteles y comidas a quienes debieron quedarse en tierra.
Hoy, el patrón de Ryanair, Michael O»Leary, cambió de parecer debido a la presión creciente y dijo que rembolsará un precio «razonable», es decir que «no pagaremos la suite presidencial del palacio 5 estrellas de Tenerife», aclaró.
Si para muchos turistas la nube de cenizas significó una pesadilla, para otros fue la ocasión de experiencias inesperadas como los 280 turistas británicos que volvieron a su país desde Santander (norte de España) a bordo del «HMS Portsmouth» un buque de guerra que regresaba de Afganistán.
Más cómodos, desde sus sofás, millones de personas pudieron seguir por internet la «fascinante pero temible» erupción del volcán Eyjafkí¶ll.