El trabajo infantil no es cosa del presente, ha existido desde tiempos remotos; en el caso de los niños de nuestro tiempo no hay mucha diferencia con los niños de antaño. Las situaciones que llevan a un niño o niña a hacer trabajos que nosotros los mayores tenemos toda la obligación de realizar son diferentes, por ejemplo, el más común, es el que por razones ya conocidas por todos -que es el desempleo-, muchos padres nos vemos en la penosa necesidad de aceptar que uno de nuestros hijos trabaje a temprana edad, más en el tiempo de fin de año, que es cuando algunos no podemos comprarles sus estrenos a nuestros niños.
Otra razón es los sueldos que muchos padres tenemos, los cuales no nos alcanzan, peor ahora con el alza de los precios de la canasta básica que por cierto están por las nubes y el Gobierno no hace nada por remediar esta situación.
Y la peor de las razones, los niños que trabajan porque los padres son unos irresponsables que no hacen nada o que padecen de algún vicio y que por culpa de éste se olvidan que tienen mujer e hijos que mantener; a éstos padres son los que hay que amonestar para que puedan tener conciencia y velen por los suyos.
Yo pienso que el trabajo infantil no es tan malo como muchas personas y entidades tanto civiles como del Gobierno lo pintan, no es que esté a favor de que los niños trabajen, de ninguna manera, porque me estaría incluyendo en el grupo de los padres que ponen a trabajar a sus hijos, lo que yo pienso es que, si nuestros hijos a una edad prudente antes de ser mayores quieren trabajar sería bueno porque en estos tiempos los jóvenes tienen que estar con los ojos bien abiertos y con los pensamientos bien claros, pues como está la situación tienen que estar alerta, mantener la cabeza ocupada en algo positivo como el deporte, estudiar algo que les guste, siempre y cuando esté al alcance de los padres, y en último caso, buscar un trabajo.
Como dije antes, yo como padre no comparto que niños de siete, diez o doce años estén haciendo trabajos los cuales les representan peligro para su integridad física e intelectual, pero si una de mis hijas menores me dice que quiere trabajar, siempre y cuando como lo dije no sea un trabajo en el cual las exploten, puede hacerlo, en vez de estar todo el día sin hacer nada más que estar viendo babosadas en la televisión o estar en la calle.
Si alguien juzga mal esta nota no me importa, pero creo que, si algunos padres de familia quieren a sus hijos ellos también preferirían a sus hijos trabajando a que estén en la calle todo el día baboseando y con el riesgo de que algún marero se les acerque a calentarles los oídos para que hagan lo que ellos saben que no deben hacer.
Las autoridades deberían fomentar el deporte como medio para que los jóvenes dejen las calles y hacer conciencia a los padres de familia para que eduquen a sus hijos dentro de los parámetros de la justicia y el amor al prójimo para que sean buenos ciudadanos y buenos hijos y vecinos y a la vez se ganen el respeto de todos quienes les rodean.