El trabajo de las mujeres indígenas es un aporte importante para el sostenimiento de la familia y para impulsar la actividad económica del departamento, informó la delegada regional de la Defensoría de la Mujer Indígena (DEMI) en San Marcos, Olga López Coronado.
Aun cuando las mujeres carecen de formación académica, ponen su energía, tiempo, talento y creatividad en las actividades productivas y de servicios, además de cumplir con la responsabilidad de conducir y cuidar a sus hijos y hermanos menores de edad, manifestó la representante.
Las actividades ocupacionales de las mujeres mayas se concentran principalmente en el comercio, el cultivo de la tierra, la crianza de los animales domésticos y en la industria artesanal, entre otras, expresó López.
En el área comercial, movilizan los productos que elaboran y transforman en pequeña escala, como los tejidos de telas típicas, confecciones de ropa y otros artículos; preparación de alimentos, envasados de verduras y conservas de frutas, destacó la entrevistada.
En el ámbito agrícola y pecuario, muchas se dedican al cultivo de hortalizas, la fruticultura, la jardinería, así como al cuidado de los animales domésticos, aves de corral, marranos, ovejas entre otros, tanto para el consumo familiar, como para su comercialización.
Los avances en el rubro de la productividad se observan en los grupos organizados, aun cuando se utilizan todavía métodos empíricos, sin embargo están interesadas en adquirir conocimientos para tecnificar la producción, tanto en calidad como en cantidad, señaló.
Una de las desventajas que afrontan las mujeres es que no son dueñas de la tierra ni de los medios de producción; el capital que movilizan no es suficiente, las familias son numerosas, sumadas a los fenómenos naturales que destruyen la infraestructura y la tierra laborable, acentúan la pobreza en este sector de la población, concluyó la delegada de la DEMI.