Tras una serie de ataques a trabajadores del Sistema Penitenciario (SP) donde varios agentes perdieron la vida, decenas de guardias manifestaron su temor por trabajar para la institución que, según estos, no les ofrece mayores beneficios en relación al trabajo que realizan.
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Según estudios citados por el Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales (IECP), un guardia penitenciario que no labora en condiciones mínimas de trabajo (como recreación, salarios dignos, seguros de vida, entre otras), tiene, al igual que un privado de libertad, los mismos problemas de readaptación social.
Y aunque las autoridades del SP afirman que están discutiendo mejoras a las condiciones laborales de ese grupo de trabajadores, éstos no reciben un reajuste salarial desde junio de 2006; además, se quejan de los turnos, la alimentación y otros aspectos.
DEMANDAS
Tras los ataques ejecutados contra personal del SP, varios de estos trabajadores denunciaron las deplorables condiciones en las que laboran día a día; sin embargo, sus demandas no tienen nombre y apellido, ya que temen represalias por parte de la institución.
Consultados algunos trabajadores del SP indicaron que las condiciones en las que laboran no alcanzan lo mínimo, entre las que mencionaron que tienen bajo salario, no tienen seguro de vida pese a la peligrosidad de su trabajo, carecen de incentivos, buena alimentación y hospedaje y que los turnos son agotadores.
«No tenemos un seguro de vida o alguna garantía de que nuestras familias van a recibir alguna indemnización al momento en el que, Dios no lo quiera, perdamos la vida», comentó uno de los trabajadores del SP.
Uno más indicó que «el sueldo que tenemos es de 2 mil 150 quetzales, y con eso no alcanza para comprar comida, gastar en pasajes ni para uno comprar un seguro de vida», comentó.
«Sentimos que el Ministerio de Gobernación y la Dirección General del SP nos dejaron abandonados a nuestra suerte», indicó uno de los guardias afectados.
¿PRIORIDADES?
Rudy Esquivel, portavoz del SP, informó que desde los ataques a las instalaciones y a los trabajadores de esa institución, no se ha presentado ninguna renuncia por parte de los guardias de presidios.
Esquivel resaltó que la prioridad de la actual administración es mejorar las condiciones laborales para el personal de esa institución: «Para las autoridades actuales es uno de los ejes urgentes», indicó y añadió que «un seguro de vida será lo primero que se les otorgará y la Dirección trabaja para que no pase de este año sin que cada uno tenga un seguro de vida», enfatizó el vocero.
El entrevistado también expresó que la Administración del SP se ocupa en las mejoras salariales a ese grupo de trabajadores, sin embargo, reconoció que se trata de un trámite más extenso.
«Se está discutiendo sobre cambios en puestos, salarios, mejora de equipamiento, mejoras en el entorno laboral, por ejemplo áreas destinadas a la guardia, entre otros», resumió Esquivel.
ABANDONADA
Javier Monterroso, analista del IECP, opinó que las mejoras laborales a los trabajadores del SP deben ser integrales: «no sirve aumentar sueldos si no se da capacitación constante, o si no hay sistemas de evaluación de desempeño, entre otros», refirió.
El analista hizo énfasis en la creación de una carrera penitenciaria que incluya, desde la selección del personal, hasta estímulos, ascensos, salarios, capacitación constante, evaluación, desempeño y remoción, condiciones de salud mínimas, seguro social, entre otras.
«Las aseguradoras convencionales no van a asumir un costo relacionado para asegurar a un trabajador que tiene una labor de tanto riesgo, por eso es el Estado el que debe invertir en formas de seguro específicas para este puesto», indicó Monterroso.
El jurista indicó que mientras las anteriores condiciones no se logren se corre el riesgo de que «se continúen cometiendo actos de corrupción» y agregó que la institución más abandonada del sector de seguridad y justicia es el SP.
«Un guardia mal pagado y sin ningún tipo de protección tiene todas las posibilidades de caer en corrupción: los celulares, las televisiones, el dinero y el licor no se meten solos a las prisiones, alguien los tiene que meter», ejemplificó Monterroso.
El entrevistado indicó finalmente que los guardias del SP, al igual que los agentes de la PNC y los militares, permanecen abandonados y alejados, por las condiciones en las que trabajan (turnos que implican semanas enteras en las cárceles) y que ello genera que pierdan la razón social de ser de su labor: «al final se convierten en presos del SP y eso genera un deterioro muy grande en cuanto a la reinserción a la sociedad», detalló, y agregó que existen estudios criminológicos que indican que los guardias que laboran así tienen los mismos problemas de readaptación que un reo.
Guardia penitenciario
Guardia penitenciario
Rudy Esquivel
Vocero del Sistema Penitenciario
Javier Monterroso
Analista
Días laborales a la semana: ocho; deben estar a la disposición de la institución cuando se necesite, sin términos de horarios.
Capacitación: seis meses.
íšltimo reajuste salarial: junio de 2006, recibieron un aumento de 600 quetzales.