Mientras se realizan las gestiones para que el Gobierno estadounidense autorice el Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés), a guatemaltecos ilegales en ese país, representantes de organizaciones promigrantes califican como urgente este proceso, además de indicar que con ello se dará tranquilidad emocional a los migrantes y se beneficiará económicamente al país.
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«Vivir en las sombras, sin un trabajo digno, sin acceso a salud o educación, sin movilizarse libremente porque puede ser capturado, no poder contar con una licencia de trabajo o ganar los peores salarios», son algunas de las dificultades que los migrantes deben afrontar, esto según indica Carlos Gómez, residente en Chicago, Estados Unidos.
Además, Herbert Díaz, otro activista, señala que actualmente se vive un clima de persecución debido a las leyes aprobadas con la finalidad de criminalizar la ilegalidad en los Estados Unidos.
Por ello, la aprobación de esta figura legal se considera urgente, pues alivia a por lo menos un millón y medio de guatemaltecos, quienes obtendrían un estatus legal que podría ser de seis, 12, 18 o 24 meses y que les permitiría movilizarse libremente y obtener un permiso de trabajo, aunque esto no es algo que se otorgue con sólo realizar la solicitud.
INTENTOS
Para Gómez, esta es la cuarta ocasión en la que al Gobierno guatemalteco se le presenta la oportunidad de solicitar el TPS, pues recuerda que en 1999, luego del huracán Mitch, este permiso fue «despreciado» por el entonces presidente ílvaro Arzú.
Luego, en 2001, debido a la tormenta Stan, no se hizo lo necesario por buscar que éste se aprobara y en 2005 se intentó nuevamente, pero no fueron suficientes los esfuerzos por conseguirlo, ahora, señala que se deben hacer los mayores esfuerzos para que este permiso sea otorgado.
Las negativas anteriores, dice, se deben a las deficiencias del Gobierno para seguir el proceso legal o que éste no cuenta con la suficiente asesoría para ello, «esta vez estamos frente a un panorama distinto, las organizaciones en Estados Unidos tenemos una exigencia mayor y estamos más organizadas», asegura.
Además Herber Díaz señala que el TPS puede ser un salvo conducto muy positivo para procurar una reforma migratoria y por ello es indispensable continuar con la presión al Gobierno estadounidense. «Todos los líderes, dirigentes y en general todos debemos apoyar».
LOS BENEFICIOS
Díaz comenta que al obtener el TPS y un permiso de trabajo se beneficiaría directamente a Guatemala, pues con la cantidad de dinero aportado mediante remesas se ayudaría a la economía guatemalteca y a las personas que se encuentran vulnerables luego de la tormenta Agatha.
Por su parte, Erasmo Morales indica que otra de las ventajas es el alivio emocional hacia los migrantes, pues actualmente existe una «fobia» por ser perseguidos, detenidos y deportados, afectando a las familias mediante la separación, cuando residen en Estados Unidos, o por la falta de remesas, afectando a Guatemala sobre todo luego de la tragedia.
El beneficio será directo, señala Morales, pues al revisar las estadísticas se conoce que al año alrededor de $4 mil millones son enviados a través de las remesas, y por ende beneficia la economía del país.
DESARROLLO
«En Guatemala no se hace nada por mejorar las condiciones de accesibilidad al empleo, por lo que en algún momento y de alguna forma somos expulsados del país por la necesidad de superar esa difícil situación», asegura Morales, quien indica que es por ello que muchos se aventuran a cruzar las fronteras de manera ilegal.
El dirigente indica que el viaje es muy riesgoso hoy en día, y a veces es cuestión de suerte que abandonar el país de origen valga la pena, pues si una persona puede llegar a Estados Unidos y obtiene un trabajo el panorama cambia.
«Una persona en el campo en Guatemala gana 29 o 30 quetzales diarios, pero aquí si se tiene un trabajo con un salario de hasta 10 dólares la hora y trabaja 8 horas diarias gana al rededor de $70 diarios, lo que traducido a quetzales es una cantidad grande y que ayuda a mantener a su familia en Guatemala», dice.
Por ello organizaciones promigrantes también recomiendan que piensen bien si es necesario viajar, pero al mismo tiempo solicitan al Gobierno que se implementen programas que ayuden al desarrollo de las áreas rurales de Guatemala, aunque hasta ahora esa respuesta es tibia, aseguran.
«Se plantea al Gobierno que la solución es crear desarrollo, pues mientras éste no se genere, las migraciones no van a parar, aún con la construcción de muros y alta tecnología», dice Morales.
«Además, se debe reconocer que el guatemalteco es un trabajador solicitado en el país del norte, pues se le requiere por su capacidad y esfuerzo en el trabajo», finaliza.
Erasmo Morales
Migrante guatemalteco en Nueva York