«Aprendí que el coraje no era la ausencia de miedo, sino el triunfo sobre él. El valiente no es quien no siente miedo, sino aquel que conquista ese miedo.» Nelson Mandela
Remanencias de una época que no deseamos nunca más vuelva, resultantes del apartheid, el odio racial más cínico de los últimos años, los townships eran auténticos guetos, auténticos focos de resistencia racial (just for black people)
Varios años después, los townships (63 aproximadamente), asentamientos, las favelas de Sudáfrica continúan siendo un símbolo de resistencia, esta vez, de resistencia económica en un cambio que se resiste a llegar, con la esperanza de cambio latente, sueños frustrados, una generación que se apaga entre la desesperación y la frustración, el anhelado cambio no llega.
La ingobernabilidad parece ser la evidencia más visible, el vandalismo el único mecanismo de protesta. El «maquillaje» que llega con la Copa del Mundo parece no encantar a estos miles de desencantados que en algunos casos carecen de electricidad, un televisor, muchos menos posibilidades de recrearse del Mundial, un ticket puede equivaler a varias semanas de alimentos.
Las grandes infraestructuras en nada modifican la debilitada estructura económica de un 20% de la población total que no encuentra las posibilidades de subsistencias y que en los últimos años ha acrecentado los niveles de pobreza, marginación y criminalidad en una Nación con deseos por un futuro mejor.
Se estima que unos 33 mil millones de habitantes del planeta enfocarán su mirada hacia Sudáfrica durante el presente mes, de esta cuenta la captación mediática que se logre en torno a sus problemas así como sus oportunidades, serán de suma importancia.
El sector turístico juega un papel importante a la alicaída economía de ingresos medios con enormes recursos naturales, con servicios de energía, telecomunicaciones, transportes más moderna de ífrica y con el mercado bursátil más robusto del continente.
Pero entonces, ¿Qué sucede en Sudáfrica? Durante los últimos 20 años, Sudáfrica ha tenido que bregar con importantes procesos de reconciliación nacional no solo entre blancos y negros, sino también desde las diferentes posiciones tribales, rompiendo el cerco heredado del apartheid, desbloqueando sus relaciones internacionales, conciliando posiciones políticas a lo interno del propio Congreso Nacional Africano y por supuesto combatiendo la marginalidad y el crimen que se acrecienta con la desesperación de un grueso de la población que nació en una época de esperanza y que está creciendo en una época de desesperación.
El entorno geopolítico indudablemente incide en la situación sudafricana. Su acercamiento horizontal a economías emergentes como Brasil y Chile en América Latina, la atracción de inversiones y la búsqueda de mercados también han sido importantes retos que Sudáfrica ha tenido que afrontar.
En los próximos días tendremos la oportunidad de conocer de mejor forma una importante nación, un país al cual habrá que ponerle muchísima atención en los próximos años.
El Mundial habrá de generar un aporte económico que sin duda se traduce en inversión y empleo, utilizando como motor al turismo. Para los habitantes de los townships esto no será suficiente, más allá de las protestas por los urinarios de latón, los townships lanzan un llamado un bafana-bafana de desesperación y nos piden voltear a ver su realidad, lejos del estadio, una realidad que esperemos no se maquille simplemente de negro, azul, rojo, amarillo y verde.
Los insto a ver una película bella, INVICTUS, un mensaje para los que deseen transformar su realidad y la capacidad de victoria desde la unidad, un pasaje de la vida de Nelson Mandela.
Politólogo con orientación en Relaciones Internacionales y estudios de Posgrado en Política y Derecho Internacional