La conciencia es parte importante de cada ser humano. Se la despierta porque se duerme, es sensible o dura, se encallece y hasta se cauteriza; es buena, mala o está muerta. ¿Cómo la tenemos para este evento electoral?
Santiago Villanueva Gudiel
svillanuevagudiel@hotmail.com
Entre los tres altos tribunales que tenemos, la Corte de Constitucionalidad, la Corte de Justicia y el Tribunal Supremo Electoral, los tres son supremos, respetuosos entre sí y en su orden. Se valoran así, por su alta dignidad. En cuanto al gobierno que esté en turno, siempre será dudoso, discutible y entre comillas, el ser “supremo gobierno†por su proceder y finales buenos o malos, dulces o amargos y hasta sin azúcar como ahora, y carísimo.
Pero el Tribunal Supremo Electoral por lo que se está viendo, es en buena parte también Tribunal de conciencia que ausculta a las personas a ser candidatos, a los partidos políticos en sus interioridades, y hasta a sus ayudantes voluntarios. Se ve democráticamente alegre. No solo pide “cuentas de conciencia†a partidos y candidatos; sino también rechaza públicamente a candidatos analfabetos, insolventes, con juicios pendientes, condenados, o fraudulentos.
Ahora mismo se ha depurado de mil voluntarios infiltrados más que por servicio ciudadano, por política; en una evidencia de hasta dónde se ha mal politizado e intencionado la conciencia. ¿Y qué decir de los que votan inconscientemente?
Pero al Tribunal le falta alumbrar mejor las conciencias del electorado popular, con publicar una página o volantes con los nombres, apellidos y edad de los candidatos a diputados y alcaldes, o a qué puesto. Y lo más importante hoy por hoy, con una referencia de los que están reeligiéndose, para que la ciudadanía esté más consciente de a quién está eligiendo o reeligiendo y si lo merece; y vale el sacrificio y cumplimiento de ir a votar libremente por o contra quién. Y decir que son votos nulos y en blanco, para que no sean igual que por compra-venta, llevados y traídos, o compadrazgos. Esa sería una excelente acción, e inversión valiosa que sentaría un precedente muy democrático de alegres elecciones.
Por otra parte ha transcurrido suficiente tiempo de estar experimentando nuestras supremas leyes con posibilidades de vulnerarlas como se intentó recientemente; por quienes durante cuatro o más años de diputación, como no conociéndola, en vez de ser los defensores de la Constitución, apoyaron lo que a buen entendedor, es inconstitucional.
Es deber del TSE advertir, analizar, consultar, proponer y publicar rectificaciones necesarias como las que ha pedido el H. Rector de la U. de San Carlos, y hacer lo pertinente, pues se duda de la independencia de los cuatro poderes de gobierno, inclusive el municipal. Y se rectifique taxativa, justa y valiosamente, que sí y cuando puede haber reelección de ex presidentes y vicepresidentes, para retener o volver a tener lo bueno. Esto los cuatro honorables notables G-4 debieran de apoyar en su valioso quehacer para que junto al Supremo Tribunal Electoral tengan esa honra más.