Tony Blair, al rescate


El ex primer ministro británico, Tony Blair, reacciona durante una visita de campaña electoral del Partido Laborista a la Avenida de la Salud. FOTO AFP / Lipinski Domingo / Pool

Cuando el conservador David Cameron se consolida como favorito, el primer ministro laborista Gordon Brown recurrió a su carismático predecesor Tony Blair para tratar de invertir la tendencia a seis dí­as de las elecciones generales británicas.


Cameron, que encabeza las encuestas de intención de voto sin tener todaví­a la mayorí­a necesaria para gobernar, «ganó» la noche del jueves el tercer y definitivo debate electoral televisivo con un 37% de opiniones favorables, según un promedio de los sondeos inmediatos publicados tras 90 minutos de acalorada discusión sobre economí­a e inmigración.

Superó así­ por primera vez al lí­der liberal demócrata Nick Clegg (32%), estrella de la campaña que en las dos primeras justas televisivas revolucionó el panorama polí­tico británico hasta el punto de que podrí­a tener la llave del próximo gobierno. El desgastado Brown se tuvo que conformar con la tercera posición (25%).

«Salvo que haya otro terremoto, David Cameron está camino de Downing Street», estimó el viernes el analista del diario izquierdista The Guardian, quien consideró que el lí­der «Tory» «apareció muy seguro y tuvo su mejor actuación en un debate cuando más contaba».

Incluso Brown, que aspira a ser elegido primer ministro por primera vez tras haber heredado el cargo de Blair en 2007, mencionó este viernes la posibilidad de una victoria de los conservadores tras 13 años en la oposición.

«Si las cosas siguen como hasta ahora, entonces los conservadores y posiblemente los liberal demócratas podrí­an estar en un gobierno de coalición juntos», dijo en un acto electoral en Birmingham (centro de Inglaterra).

Pero inmediatamente agregó: «Seguiremos luchando por el futuro de este paí­s hasta el último segundo».

En lo que conservadores y liberal demócratas consideraron como una muestra de la «desesperación» laborista, Blair hizo este viernes su segunda aparición estelar en la campaña en Londres, donde negó que Brown haya «fracasado».

«Creo que el Partido Laborista tiene todas las posilidades de triunfar», declaró el ex primer ministro (1997-2007). «Cuando llegan los últimos dí­as, la gente se concentra en quién tiene las mejores ideas para el futuro».

Sin embargo, Brown desaprovechó el jueves ante ocho millones de telespectadores una gran oportunidad para convencer a los electores de que es el más capacitado para terminar de sacar a Gran Bretaña de la peor crisis desde la Segunda Guerra Mundial y sanear sus finanzas públicas, en el choque con sus dos jóvenes y telegénicos rivales a los que regularmente acusa de «novatos».

Para Nick Clegg, hasta hace poco un desconocido fuera del restringido ámbito polí­tico, la campaña se ha convertido ahora en una carrera entre liberales demócratas y conservadores, que representan, cada uno a su manera, «el cambio».

Pero «necesitamos un cambio real, no un cambio falso», agregó al dí­a siguiente de haber aguantado duros ataques del lí­der conservador, que le acusó de defender un ingreso de Gran Bretaña en la zona euro y una «amnistí­a» para los inmigrantes indocumentados, dos temas que preocupan a los británicos.

Pese a su victoria virtual en el debate, David Cameron trató de evitar el triunfalismo, diciendo en la radio BBC que las elecciones estaban «todaví­a lejos de haberse ganado», sobre todo cuando ninguno de los sondeos le augura todaví­a una mayorí­a en el parlamento.

«Estoy muy concentrado en la próxima semana porque aún tenemos que luchar por cada voto y cada escaño», agregó.