Un joven nada entre los miles de tomates que se han lanzado por las calles de la pequeña localidad española de Buñol (Valencia), con motivo de la Fiesta de la Tomatina, una guerra a tomatazos en la que han participado más de 40 mil personas.
La colorida tradición se celebra el último miércoles del mes de agosto, en el marco de la semana de fiestas en Buñol, donde se arrojan tomates los unos a los otros, y se celebra desde 1944 cuando ocurrió una riña donde utilizaron verduras y la Policía tuvo que intervenir. Durante los primeros años el gobierno se opuso a que se recordara esta actividad.