En vísperas de la llegada a los Alpes, el belga Tom Boonen (Quickstep) ganó este viernes al sprint la sexta etapa del Tour de Francia, mientras el español Oscar Freire (Rabobank) volvía a ser segundo y el suizo Fabian Cancellara (CSC) conservaba el maillot amarillo.
Bajo un sol radiante, Boonen ganó la etapa de 199,5 km entre Semur-en-Auxois y Bourg-en-Bresse, en la que el pelotón no tuvo demasiada prisa (37,2 km/h de media), al resolver un reñido sprint masivo en el que también estaba Cancellara.
El belga, que se vio obligado a seguir con un gran desarrollo por un problema en el cambio de marchas en el último kilómetro, se lanzó al sprint con todas sus fuerzas, a pesar del viento que soplaba en contra, hasta superar a Freire, que ya fue segundo un día antes, y al alemán Erik Zabel.
El ciclista belga de 26 años se reencuentra así con el triunfo en la ronda gala después de su victoria en la tercera etapa de la edición 2005 y de paso se apodera del maillot verde que vestía Zabel.
Tercero en Canterbury (Inglaterra) el domingo en el primer sprint, Boonen fue superado al día siguiente en Bélgica por su compañero de equipo Gert Steegmans. «Este año la verdad es que no empecé muy bien. Tenía que recuperar la confianza», reconocía el campeón del mundo 2005.
Boonen, estrella del ciclismo belga, se imponía así por quinta vez en la ’Grande Boucle’ desde su debut en 2004.
La etapa se resumió a una larga escapada en solitario del británico Bradley Wiggins antes del sprint final. El campeón mundial de persecución, que terminó tercero en el prólogo en Londres, se descolgó en el segundo kilómetro de carrera y llegó a tener 17 minutos y medio de ventaja en el km 57.
Pero el trabajo de los equipos de sprinters lo condenó al fracaso. El inglés fue alcanzado en la interminable línea recta, con el viento en contra, que llevaba a Bourg-en-Bresse, a 7 kilómetros de meta, después de pasar nada menos que 190 km solo en cabeza.
El alemán Andreas Kloden, que se hizo una fisura en el cóxis en la etapa del jueves, y el kazako Alexandre Vinokourov, que se lesionó en las rodillas y en el codo derecho ese mismo día, lograron mantenerse en el pelotón aunque bastante retrasados.
Los dos líderes del equipo Astana, que tuvo una jornada aciaga el jueves, sufrieron durante esta sexta etapa a pesar del ritmo relajado del pelotón hasta los últimos kilómetros. El alemán, cuya continuidad está en entredicho, llegó incluso a vomitar durante la etapa.
Para Cancellara, que no se ha despegado del maillot amarillo desde el sábado pasado, «la historia continúa». «Hasta mañana. La Colombiere para mí es demasiado dura. Empieza un nuevo Tour. Pero vestir de amarillo el 14 de julio en Francia (fiesta nacional) es muy bonito», declaró el suizo.
El sábado, la séptima etapa terminará atravesando el puerto de la Colombiere, de primera categoría, para llegar hasta la estación del Grand-Bornand después de recorrer 197,5 km.