“Cuando se trata del tráfico de cocaína en Centroamérica, todos los caminos llevan a Guatemala”, refiere un informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODOC).

Delincuencia Organizada Transnacional en Centroamérica y el Caribe: Una Evaluación de las Amenazas, es el título del documento que describe que a consecuencia del combate del narcotráfico en México, se provocó el traslado de operaciones de los grupos criminales a la frontera de Guatemala con Honduras, en  busca de  nuevas plazas en la región.

En su informe acerca del narcotráfico en México y Centroamérica, UNODOC identifica  a Guatemala como un país donde converge la producción y tránsito de droga.

“Guatemala es un auténtico cruce de caminos en las rutas de la cocaína hacia EE. UU., con grandes grupos criminales locales asociados a cárteles mexicanos y una violencia que está minando la confianza en la democracia y en el futuro del país”, refieren.

Según UNODOC, el tráfico se conduce desde Sudamérica, específicamente desde Colombia con rumbo a los Estados Unidos.  Para el efecto, además de muchos subflujos menores, existen tres arterias principales en lo que respecta al traslado de cocaína hacia el norte.

“Botes pesqueros del Pacífico y otras naves marítimas, incluyendo semisumergibles, especialmente destinados a Guatemala, suministrando cocaína al Cártel del Pacífico; embarcaciones rápidas en el Atlántico y otras embarcaciones, incluyendo algunos semisumergibles, especialmente destinados a Honduras para suministrar al Cártel del Pacífico y a Los Zetas, y aeronaves que salen del área fronteriza de Venezuela, especialmente con destino a Honduras”.

La investigación de la entidad, refiere que esta crisis parece haberse precipitado debido a tres cambios radicales: El primero es la presión descendente de la estrategia de seguridad mexicana, que virtualmente ha suspendido los envíos directos a México y ha forzado al 90% del flujo  de cocaína a pasar por “el cuello de botella de Guatemala”.

El segundo ha sido la separación de Los Zetas de su progenitor,  el Cártel del Golfo. Y el tercero es el incremento masivo de envíos directos a Honduras.

HOMICIDIOS
UNODOC en el informe resaltan datos estadísticos que revelan que en Guatemala ha habido un descenso en el número de homicidios relacionados con la disputa de poderes y territorios por los por los capos en Guatemala y Honduras.
En el año 2000 se partió con una tasa de 26 muertes violentas por cada 100 mil habitantes; hasta el año 2009 la cifra se elevó con 46 homicidios por la misma cantidad de personas.
No obstante, para el año 2011, se consigna una caída de 39 homicidios por cada 100 mil habitantes.
En referencia al resto de países,  Honduras se sitúa como el más violento de Latinoamérica con 82 asesinatos, por el mismo número de ciudadanos.

TRABAJO EN CONJUNTO
En relación a esto, Claudia Paz y Paz, fiscal general y jefa del Ministerio Público (MP) se pronunció ayer y dijo que el informe refleja los datos que todos conocemos.
Paz y Paz hizo énfasis en la reducción de la tasa de homicidios en el Triángulo Norte,  donde de haber tenido un crecimiento durante los últimos diez años, en el 2011 el  país sea quien tenga la menor tasa de homicidios.
 “Esto por el aumento de una acción conjunta del MP, el Ministerio de Gobernación, el Organismo Judicial y Defensa Pública Penal; cada uno con su rol, pero haber logrado bajar la tasa de homicidios de 46 en el 2009 a 39, es un logro”, aunque no suficiente: “No es una cifra con la que nos podamos sentir satisfechos, pero si la comparamos con el 46 anterior podemos decir que hemos dado pasos para llegar al punto que queremos, que es que no hayan muertes violentas en el país”.

Para el efecto, dijo que continuarán trabajando en conjunto,  porque “sin duda el tema del narcotráfico y la trata de personas, son temas regionales y hay que impulsar la coordinación entre todos los países de Centroamérica, México, Estados Unidos y Latinoamérica para lograr combatirlo”.  
También anunció que se analiza la creación de un centro de justicia, para fortalecer departamentos utilizados como cruce de las rutas del narcotráfico.