Todo resuelto, todo olvidado…


Oscar-Clemente-Marroquin

Durante años, los guatemaltecos nos hemos quejado de la estructura de nuestro deporte y de la ausencia de planificación, en todo el sentido de la palabra, pese a los enormes recursos que por mandato constitucional se asignan al deporte federado y los enormes fracasos en las diferentes competencias han provocado verdadero clamor para que se haga algo a fin de cambiar el sistema de administración de la actividad deportiva en el paí­s.

Oscar Clemente Marroquí­n
ocmarroq@lahora.com.gt

 


Sin embargo, el resultado del pasado sábado, que nos ha llenado a todos de felicidad y orgullo, viene a ser en la práctica un serio revés para el futuro del deporte nacional porque crea el espejismo de que hemos realmente avanzado y a lo mejor algunos hasta creen que realmente hemos resuelto el problema porque ya llegamos a un Mundial y, además, pasamos a la siguiente fase. Todas las vicisitudes y frustraciones de tantos años quedan en el olvido, sepultadas por la euforia justificada que provocó el gol de la Selección cuando faltaban nueve minutos para el final del partido.

Y esa es la eterna historia de Guatemala, paí­s que nunca toca fondo porque siempre nos agarramos del hilo de esperanza y siempre se produce el hecho mágico que desata nuestra ilusión. Lo mismo pasa cada cuatro años con la polí­tica, puesto que siempre terminamos hartos del gobierno de turno, pero igual que con el gol de Guatemala, nos entusiasmamos cuando hay un nuevo gobierno elegido por el pueblo y creemos que con ello se resolvió el problema, como si el mismo fuera únicamente cuestión de personas y no de sistemas.

Razones para estar felices por el resultado del sábado abundan y nos tenemos que sentir orgullosos de ese triunfo. Es más, hasta podemos alentar la esperanza de que nos vaya bien contra Portugal y a lo mejor sorprendemos al mundo entero pasando a cuartos de final. Pero eso no significa que nuestro futbol vaya por buen camino y basta recordar lo que sentimos al encajar las goleadas de los dos primeros partidos. ¿Cuál es la realidad de nuestro futbol? Yo pienso que la misma está más ligada a los primeros resultados que al triunfo del sábado, aunque estoy convencido que ahora será imposible que alguien piense en proponer cambios, en demandar una nueva actitud y visión porque nos conformamos con haber logrado un triunfo que nos pasa a otra ronda en los mundiales.

Si esa actitud fuera únicamente en el deporte serí­a suficientemente grave, pero resulta que es en el fondo nuestra actitud ante la vida. No nos gusta vivir ratos colorados y nos mantenemos viviendo ratos descoloridos que se vuelven soportables cuando pasa algo así­. Somos un paí­s con un gran déficit de educación, pero tenemos un Premio Nobel de Literatura. Somos uno de los paí­ses más violentos del mundo y con una historia terrible en materia de derechos humanos, pero tenemos Premio Nobel de la Paz. No tenemos noción ni concepto de la polí­tica exterior ni mucho menos capacidad de actuar sin alinearnos, pero nos integramos al Consejo de Seguridad de la ONU. No tenemos futbol, pero pasamos a octavos de final en una copa del mundo. Nuestros niños se mueren de hambre, pero podemos presumir de tener lugares de alta cocina que no dejan nada que envidiar a las grandes ciudades del mundo.

Y así­ nos mantenemos, a medio vapor en todo y sin proponernos realmente un cambio que nos saque de la mediocridad. Me alegra como a todos el triunfo de los seleccionados, pero me preocupa su efecto narcótico en la mentalidad y actitud de quienes saben perfectamente que el sistema no funciona y que urgen cambios de fondo. Y después de la elección pasará lo mismo, pues se volverá a soñar que “tal vez ahora sí­â€, para despertar desengañados en pocos meses.