Todo o nada en salud


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Ahora que el Ministro de Salud anuncia que desnudará una mafia que ha quitado ministros y que es la que se encarga de los pormenores de los negocios, se presenta una oportunidad única y especial para desnudar un sistema corrupto que ha sido tolerado por todos, pero alentado por los políticos en campaña y por los empresarios/financistas de las mismas.

Pedro Pablo Marroquín Pérez
pmarroquin@lahora.com.gt


Y que mejor muestra para ejemplificar lo anterior que el señor Gustavo Alejos. Él fue financista y jefe de recaudación de la campaña de Colom, luego Secretario Privado y amo y señor de los negocios y nunca dejó de representar los intereses de una compañía que había sido, fue y sigue siendo proveedora del Estado a través de un contrato abierto.  Ahí existe un vicio necesario de atajar en el sistema.

El tema de las vacunas es importante, porque apenas nos hace ver el modelo de cómo funcionan las cosas, pero no podemos pensar que resolviendo ese problema las cosas en el Ministerio cambiarán, pues se requiere de esfuerzos enormes y como decimos en buen chapín, se necesita tocarle los aquellos al león para cambiar.

Y ahí es donde se presenta esa oportunidad para un Presidente y la Vicepresidenta que, según sus palabras, desean más gloria que pena. Veámoslo así, va a valer la pena el desgaste sufrido por el finiquito bala que obtuvo el doctor Villavicencio, si y solo si, él termina siendo la herramienta del Ejecutivo para desenmascarar y cambiar el sistema de salud.

Pero la tarea es enorme y complicada. Requiere de mucha voluntad y esfuerzo, pero sobre todo determinación y rectitud. Es tan grande la pacaya, que no sólo nos permite desnudar cómo funcionan los contratos abiertos, las mordidas pagadas, la carencia de nuestros hospitales, centros de salud y la forma de hacer negocios, sino que nos pondrá sobre la mesa cómo, a través del financiamiento electoral, los grupos se aseguran su cuota.

Y para enfrentar el problema, se necesita abordar a todos los actores  y no es secreto para nadie, que el oficialismo ha tenido que negociar con los financistas de campañas, incluidos los del gobierno anterior, entre otras cosas, la reforma fiscal. No es casual que al día de hoy, los nombres de quienes manejaron los negocios del Estado hace 4 años, no hayan sido ni mencionados en este Gobierno.

Desnudar la mafia en salud es importante, pero será insuficiente y estéril si no desnudamos en conjunto a los que están del otro lado de la moneda que han incrementado sus fortunas a base de millonarios contratos para abastecer al Estado. No obstante eso, basta preguntarle al ciudadano de a pie, si las medicinas se las dan en los hospitales o las debe comprar en farmacias.

Si desmenuzamos las carencias en instalaciones, personal y equipo que tiene nuestro sistema de salud, sin duda también encontraremos otro foco de corrupción, que hace dolorosa cada muerte de un paciente por causas que se pueden y deben evitar y ese es el gran tema, el gran reto, todo lo demás, es cosmético.

Con estas situaciones, es donde el Ejecutivo puede mostrar si en realidad le entrarán a las cosas de fondo, a los andamiajes que han permitido ese asqueroso manipuleo del sistema de salud que ha cobrado tantas vidas generando un dolor irreparable en millones de familias en el país.

Presidente, a sus cuatro meses todavía tiene la oportunidad de romper el sistema corrupto que ha posesionado por décadas la salud y con ello, sentar bases sólidas e inequívocas de una reforma del Estado que es tan urgente, como la atención que necesitan los pacientes.

Una vez más, de ustedes depende y no hay, a mi juicio, muchas excusas que valgan.