Los preparativos para la celebración del undécimo aniversario de la firma de los Acuerdos de Paz ya se iniciaron en el Palacio Nacional de la Cultura; todo se prepara para el acto protocolario de mañana.
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En el palacio se vive un ambiente de tensión, pues los trabajadores iniciaron desde temprano sus labores acondicionando el Patio de la Paz para la celebración; ubicando sillas, colocando flores y limpiando el piso, los organizadores cuidan hasta el menor de los detalles para que la ceremonia sea un éxito.
La ceremonia que por última ocasión será dirigida por el vicepresidente Eduardo Stein, contará con la presencia de autoridades de gobierno, miembros del cuerpo diplomático, representantes internacionales, invitados especiales, así como también activistas en derechos humanos y líderes de organizaciones sociales.
Además, estará presente el vicepresidente electo, Rafael Espada, en representación del nuevo equipo de gobierno que asumirá cargos en el mando central el próximo 14 de enero. En tanto, el presidente í“scar Berger y ílvaro Colom, presidente electo, anunciaron que no acudirán a la ceremonia, ya que deben cumplir con compromisos personales.
Se espera que al menos 300 personas asistan al acto ceremonial para conmemorar la suscripción del acuerdo que promueve la paz.
En el pasado
El 29 de diciembre de 1999 el presidente ílvaro Arzú dirigió el acto en que se firmaron los Acuerdos de Paz, «firme y duradera», cerrando un ciclo de 36 años de enfrentamientos armados entre el Ejército Nacional y grupos opositores al gobierno, representados por la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca.
Durante la firma del acuerdo, Arzú dirigió un discurso al pueblo de Guatemala para oficializar la paz, en un acto en el que participaron reconocidos jefes de Estado, incluyendo a miembros de la Corona Española.
La paz es recordada por los guatemaltecos en distintos símbolos nacionales, como el Monumento a la paz y la Llama de la paz, ubicados en el Palacio Nacional de la Cultura, asimismo el logo de la Municipalidad de Guatemala adoptó el emblema de la paz, mismo que identifica a las monedas de un quetzal.