«A esa rosa, donde quiera que esté, dedico este trabajo, con la esperanza de hallarla algún día, o de dejarme hallar por ella» Saint-Exupéry.
Si alguien tiene un sueño, que vaya en pos del él. Siempre he creído que la fuerza que mueve al mundo trasciende la física, la lógica y toda aquella capacidad intuitiva que se basa en el raciocinio. El sueño, es la capacidad de articular desde el alma, de convertir el ego, de transformar realidades, de movilizar familias, ciudades, naciones, de convertir al mundo entero en una realidad.
A mí entender se abre un espacio importante en el devenir de la humanidad, llegó el momento de reinventar la historia y de re escribir algunos conceptos que a lo mejor estaban equivocados. La tolerancia en los próximos cuatro años de gobierno en la principal nación del mundo será sin lugar a dudas uno de los elementos claves que habrán de privar para la elaboración de políticas que se ajusten a las necesidades de un gran país que requiere de un gran liderazgo. En lo personal, aplaudo la decisión del pueblo estadounidense, éste en definitiva ha resultado siendo el gran ganador; repito, la tolerancia, la democracia se han impuesto y tal y como el propio candidato republicano en su momento reconociera «el pueblo ha hablado».
Mas allá de la prospectiva, de la especulación, del loteriazo mental, pretendo esta tarde que dimensionemos que el cambio no es el resultado de una coyuntura fortuita; al analizar con detenimiento llegaremos a la conclusión que el cambio político llega justamente en el momento del cambio económico. La reunión del G-20 (G-8 ampliado) ha llegado en un momento importantísimo, a la economía mundial le hace falta un liderazgo con credibilidad y ese liderazgo parece re encontrarse en la nación referente. No quiero pecar de especulativo, pero creo que a la economía le llegarán tiempos mejores, que el mercado ha quedado marcado por un nuevo horizonte fundamentado en los elementos sociales.
Hace algunos meses escribía sobre la necesidad de re inventar el capitalismo, de revisar el modelo, de ampliarlo, de dotarlo de nombre y apellido; aquel a quien le es arrebatada su propiedad en nombre del sistema, tiene identidad.
A mi entender habrá de analizarse la reciente elección del 44 Presidente de los Estados Unidos desde varias aristas. La movilización de un conglomerado de clase media, la movilización de un importante grupo pensante con sentido social, la movilización de una nueva «forma de votar» de gente joven con contenido y con agenda, la movilización de un importante conglomerado de ciudadanos dispuestos a cambiar el rumbo de su historia, de darle un respiro al sistema.
Sin pecar de idealista, las oportunidades están por llegar, tareas importantes están por acometerse. Otros temas habrán de salir en la nueva agenda política de los Estados Unidos, no me cabe la menor duda que la ecología y los derechos civiles, habrán de tomar protagonismo a lo interno.
El sueño es posible, el cambio es una realidad, la madurez política se alcanza sobre la base de la perseverancia y la tolerancia. La historia nos ha mostrado que la evolución de las sociedades se basa en el reconocimiento de sus propios pasos, en un mirar atrás, en una reflexión profunda de lo que está pasando, de lo que se puede cambiar. El cambio es posible. Enhorabuena a los nuevos tiempos.
Por ello, como guatemalteco, estoy en pos de mi sueño, en pos del cambio, creo en el cambio y el cambio es posible gracias a la perseverancia, de la tolerancia no como una mera circunstancia. El inicio del cambio se encuentra en el cambio de la mentalidad que cree en sí misma, en descubrir su sueño, en dejarse atrapar o en su momento dejarse descubrir por él. Siempre he creído en mi propia fuerza y en la rosa que es mi sueño.
*Politólogo con orientación en Relaciones Internacionales y estudios de posgrado en Política y Derecho Internacional.