Todo se ve tan fuerte.
Todo se ve bien dirigido y coordinado.
Sus ciudadanos son los más letrados del mundo.
Todos gozan de buena salud.
Sus dirigentes son maduros, al extremo que algunos alcanzan las 80 primaveras, salpicadas de sabiduría.
No tienen contaminación, pues no hay molestos aparatos que despidan anhídrido Carbónico.
Están bien protegidos pues su frontera es el mar y es el más custodiado del mundo, para que no lleguen invasores a disfrutar el paraíso que con esfuerzo han construido.
Sus ciudadanos tienen la bendición de que su gobierno no les permite viajar, pues afuera todo es corrompido y prostituido.
Sus gobernantes son admirados no solo en su país, sino en toda Latinoamérica, que quieren seguir su ejemplo.
No están bombardeados por televisión que contamina la mente de los jóvenes y pervierte la de los niños. íšnicamente la sana televisión estatal.
Aprendieron a no ser egoístas, pues en las casas que dejó la oligarquía, acomodaron hasta cinco familias.
No tienen acceso a esa cochina Internet, que hasta se presta para extorsionar a la gente.
Son imitadores de Adán, por eso no les gusta salir al extranjero, pues prefieren su paraíso.
Son los líderes del mundo, pues mientras los países detrás de la Cortina de Hierro cambiaron a sistemas democráticos, ellos prefieren vivir en un sistema libre.
No tienen problemas de propaganda para las elecciones, pues tienen el mejor sistema del mundo, un candidato para cada cargo, un solo partido y una sola respuesta en las papeletas, nunca cometen el error de Chávez de preguntar Sí o No, allí todo es sí.
Son tan queridos por todo el mundo, que antes de que cayera el imperio soviético estos les regalaban millones de barriles de petróleo y que ahora lo hace Chávez.
Entre los miembros de la prensa tienen gran cantidad de admiradores, ya que allá no tendrán el molesto trabajo de criticar, pues aunque hay libertad para hacerlo, no hay nada que criticar.
Todo es tan lindo, que muchos de nuestros ciudadanos quisieran ir a vivir allá, pero nuestros represivos gobiernos no los dejan ir, y allá no los dejan entrar tan fácil, pues no quieren que les quiten lo que tanto les ha costado.
Ha de ser bello vivir en Cuba, gozar de todo lo que tienen, pero es una lástima que la juventud cubana nació tarada y sueñan con ver qué hay más allá de sus costas. Ojalá que las cosas allá perduren, pero al paso que vamos, no creo que Raúl llegue a los 80 en el poder y talvez ni cerca de los 79.