El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, hizo hoy una visita a Libia para señalar el último día de los siete meses de bombardeos de la alianza que ayudaron a los rebeldes a derrocar el régimen de Moamar Gadafi.
Las operaciones de la OTAN concluirán el lunes a medianoche hora de Libia (2200 GMT), días después que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas —que autorizó la misión en marzo— ordenó poner fin a toda acción militar.
La guerra civil de ocho meses en Libia tocó a su fin con la captura y muerte de Gadafi el 20 de octubre.
Las autoridades libias habían solicitado una extensión de la campaña aérea hasta fines de año, aduciendo que el gobierno interino deseaba la ayuda de la OTAN para impedir la fuga de los aliados de Gadafi. El ministro de información, Mahmud Shamman, dijo que Libia podrá arreglárselas incluso sin la protección de la alianza.
Las fuerzas aliadas llevaron a cabo 9 mil 600 misiones aéreas en los últimos siete meses y destruyeron unos 5 mil 900 blancos militares. Un promedio de 15 aviones de guerra estaban listos en todo momento frente a las costas libias para hacer cumplir un embargo de armas.
La misión ha sido calificada como un éxito por los dirigentes militares y políticos de la OTAN, quienes argumentaron que los bombardeos causaron un mínimo de víctimas inocentes a la vez que paralizaron las redes de comando y control de Gadafi e impidieron que sus fuerzas llevaran a cabo represalias contra civiles.
La OTAN perseveró durante un período de un mes de estancamiento en los frentes de batalla, cuando parecía que Libia podía sumergirse en una pesadilla como Afganistán.
Fogh Rasmussen, en un comentario cargado el lunes en Twitter, dijo que era el primer secretario general de la alianza atlántica que visitaba Libia y calificó su visita de «histórica». También elogió la operación en Libia por considerarla «una de las más exitosas en la historia de la OTAN».