Tirando el dinero a la basura


Empiezo preguntándole al lector si se encuentra satisfecho con la labor que de un tiempo a esta parte viene realizando nuestro Organismo Legislativo. Por lo general, cuando hago lo mismo en cualquier cí­rculo social, de negocios o actividades, la respuesta es un NO rotundo. De ahí­ que insista en decir ¿por qué entonces más de doce millones de indiferentes habitantes seguimos dejando que la casta polí­tica nacional continúe imponiendo su interesada voluntad por mantener 158 diputados en el Congreso, cuando todos sabemos que con 60 bastan y sobran? ¿Quién no sabe que es contradictorio sostener este organismo en un paí­s tan pobre y necesitado como el nuestro?

Francisco Cáceres Barrios

Pero pasan los dí­as, años, gobiernos y partidos polí­ticos en la misma flor floreada. No hay semana que dejen de sorprender a la población con sus clavos, privilegios y ventajas, siguen tirando cuantiosas cifras de dinero a la basura por sostener un Congreso cada vez más improductivo, ineficaz, digno de los más grandes reproches a lo que tanto insistimos en darle el nombre de «democracia». Las últimas informaciones indican que andando el paí­s literalmente por las cuatro esquinas, el Congreso tiene «ahorros» de unos Q400 millones y por ello, no representa mayor sacrificio pagar una renta de Q 60 mil mensuales más para alquilar el local que antes alojaba a la famosa Camiserí­a España, cuando ya eroga otros Q 85 mil en alquiler de otros seis edificios y que según asegura una diputada, todas esas cifras no incluyen los servicios de agua, luz, limpieza, dulces, chocolates y maní­as saladas de sus habitantes y respectivas visitas.

¿Para qué tanto gasto?, se estará preguntando seguramente el estimado lector. Yo también me la formulo porque en la cabeza de tantos ciudadanos honrados de este bello paí­s, los que de sobra sabemos lo que cuesta el dinero ganado con el sudor de nuestra frente, mejor estarí­a empleado para que tanta gente no siguiera muriéndose por no disponer en los hospitales públicos de los aparatos que hacen las tomografí­as, los ultrasonidos y tantas pruebas técnicas y cientí­ficas más que requiere la ciencia médica para dar los tratamientos adecuados en busca de la curación de los pacientes.

¿Alguno de los lectores no preferirí­a que tanto dinero mejor se empleara en hacer nuevos y mejorar tantos establecimientos escolares que requieren nuestros patojos, en combatir el hambre y la desnutrición, en mejorar la infraestructura, en que haya agua potable al alcance de la totalidad de la población y tantas necesidades más que todos conocemos que hicieron falta ayer, hacen hoy y para mañana? Dicen por ahí­ que lo que no hace un partido polí­tico en el poder los primeros seis meses de su gobierno no lo podrán hacer nunca. ¿No valdrí­a la pena entonces entrarle a fondo al asunto para que en verdad este gobierno sirva a los pobres?