Tintín llegó a casa en Bélgica el sábado para el estreno mundial de «The Adventures of Tintin: Secret of the Unicorn» de Steven Spielberg.
Si el intrépido reportero fuera algo más que un personaje de dibujos animados tendría que haberse abierto paso a empujones entre sus colegas que cubrieron la alfombra roja.
En lugar de ello, Tintín y su creador, el fallecido Hergé, fueron las verdaderas estrellas en el estreno de la cinta el sábado, al que incluso asistió la princesa Astrid, de la casa real belga.
«Las aventuras de Tintín: el secreto del unicornio» será distribuida primero en Europa y otras partes del mundo antes de llegar a territorio estadounidense para la temporada navideña.
«Secuestrar a Tintín y traerlo a Estados Unidos primero, y luego darlo a conocer en el extranjero, sería algo que ni siquiera se nos hubiera ocurrido», dijo Spielberg. «Desde el principio, el plan era regresar a Tintín a los países donde es más querido».
El director disfruta de una oleada de apoyo de la crítica local a pesar de estrenar la cinta en un país apegado a sus tradiciones y dispuesto a atacar cualquier profanación de sus iconos culturales por parte de los estadounidenses.
«Acción, aventura y comedia: la película de Tintín hecha por Spielberg tiene todo», era el titular del sábado en el periódico local De Morgen.
Spielberg compró los derechos del personaje en la década de 1980, y tres décadas de espera para ver el resultado terminaron con «lo que en las películas llaman un final feliz», dijo Hugues Dayez, experto en dibujos animados y cine.
Y el gobierno belga incluso nombró a Spielberg Comandante de la Orden de la Corona.
Para el director, un final feliz significará que la película sea un éxito tal en taquilla como para que sea inevitable hacer una secuela. Junto con el director de «El Señor de los Anillos», Peter Jackson, él estará listo.
«Hemos escogido la siguiente historia. Tenemos un guión que está siendo escrito ahora mismo», dijo Spielberg, rehusándose a decir cuál es el que utilizará de las dos docenas de libros de Tintín que Hergé escribió.
En todo el mundo se han vendido unas 220 millones de copias de los libros.
La primera película narra cómo Tintín descubre por accidente la llave que permite llegar a un tesoro, y luego es enviado alrededor del mundo para escapar de unos malvados criminales, acompañado por el capitán Haddock.
La parte difícil podría ser venderle a los niños del siglo XXI un mundo que se ha ido y en el que las fronteras entre el bien y el mal estaban claramente marcadas, y donde el Tintín interpretado por Jamea Bell —mejorado con la tecnología de captura de movimiento, en la que los movimientos de los actores son utilizados para animar modelos digitales de personajes— es virtuoso sin el más mínimo asomo de algún vicio. Algunos críticos la tildaron de aburrida por eso mismo.
Bell, mejor conocido por su papel en «Billy Eliot», utilizó sus habilidades de bailarín en las escenas de persecución para hacer que el estilo de Tintín se asemejara lo más posible al de los dibujos animados.