Timbuctú disfruta de su nueva libertad


logito

Un folleto que detalla las normas para las mujeres bajo el gobierno islamista está ahora en la tierra en el tribunal de Timbuctú. Regla Número 1: El velo debe cubrir todo el cuerpo. Regla Número 4: El velo no puede ser de colores. Y la Regla Número 8: Las mujeres no deben perfumarse después de ponerse el velo.

Por RUKMINI CALLIMACHI TIMBUCTU / Agencia AP

Varios días después que fuerzas especiales francesas se lanzaron en paracaídas y liberaron esta histórica ciudad, hay una sensación de libertad cada vez mayor. Aunque en las casas frente al tribunal islámico, muchas de las niñas de 8 y 9 años todavía se cubren la cabeza con el velo.

«Todavía lo usan porque tienen miedo de los islamistas», dice Diahara Adjanga, la mamá de una de las niñas. «(Los islamistas) golpean a todo el mundo, incluso a los niños».

Los islamistas tomaron el control de Timbuctú y las otras capitales provinciales del norte, Gao y Kidal, en abril pasado. Durante sus casi 10 meses de gobierno, los extremistas vinculados con al-Qaida impusieron severas normas a las mujeres y azotaron en público a las que salían a la calle sin el velo.

En el norte de Malí, los islamistas mataron a pedradas a una pareja acusada de adulterio y les amputaron las manos a sospechosos de robar en actos que hacen recordar a los talibanes en Afganistán.

Los militares franceses lanzaron la intervención para sacar a los islamistas del norte de Malí el 11 de enero y rápidamente los obligaron a retirarse de los principales poblados en menos de tres semanas.

Fatouma Traore, de 21 años, dijo que había un jefe islamista que fue especialmente brutal con las mujeres en Timbuctú.

«No queremos que el ejército lo capture. Son las mujeres las que quieren arrestarlo para poder matarlo nosotras mismas. Aunque sea nuestro propio hermano a la puerta de la casa, te golpean. Aunque una use el velo, si se te cae, te golpean. Este hombre, Ahmed Moussa, le hizo miserable la vida a las mujeres. Golpeaba incluso a una abuela que no estuviera cubierta por el velo».

La mujer carga a su sobrina de 1 año y se la coloca en la cadera, diciendo: «Tuvimos que comprarle un velo a esta bebé».

Timbuctú todavía parece medio desierta, cuatro días después de ser liberada del control islamista.

Los servicios de electricidad y teléfonos siguen interrumpidos. Por la noche, la única iluminación es la que despiden los teléfonos móviles de la gente y las linternas dentro de las tiendas y hoteles.

A la entrada del pueblo hay un solo punto de control formado por unos pocos soldados malienses que paran a los automóviles que tratan de entrar. Cada vez que permiten a un vehículo entrar a la ciudad hacen un disparo al aire a manera de advertencia.

Un transporte blindado militar hacía guardia el jueves en medio de la ciudad. En el mercado, una decena de tiendas propiedad de los árabes del lugar han sido destruidas, arrasadas por la población porque se sospecha que los árabes eran aliados de los islamistas.

Algunos temen que los islamistas intentarán atacar de nuevo cuando los franceses se marchen.