Tiger Woods, peor que nunca


Tiger Woods trabaja en su mecánica junto a su caddie Steve Williams. FOTO LA HORA: AFP Stuart Franklin

El rostro de Tiger Woods estaba desencajado. Nunca habí­a vivido una situación similar desde hací­a 14 años, justo desde el torneo en el que debutó como golfista profesional. Nunca desde 2003 habí­a concluido una competición sin conseguir al menos andar un dí­a por debajo del par del campo. Pero esas dos circunstancias se concretaron ayer en el torneo Bridgestone Invitational, del circuito norteamericano, que se disputó en un escenario emblemático para él, en el que ha ganado siete veces, el de Akron (Ohio).


Tiger Woods intenta familiarizarse con el green en una ronda de práctica en Wiconsin. FOTO LA HORA: Stuart Franklin

«Simplemente, no he jugado bien», dijo después de firmar una tarjeta con dos dobles bogeys, seis bogeys y tres birdies para totalizar 298 golpes, 18 sobre par, y concluir la competición en el 78º puesto, el penúltimo. «Acabar así­ no es agradable. Sólo puedo decir que fui paciente, pero eso no fue suficiente. Me siento como cuando cambié el swing. Tardé dos años en recuperarme», añadió.

Woods vivió uno de los peores momentos de su carrera. Parecí­a desorientado, perdido en un terreno en el que ha sido el rey. ¿Dónde estaba aquel hombre orgulloso, de mirada altiva, ausente siempre ante los aficionados? A sus 34 años, el gran campeón incluso afrontaba ayer el riesgo de perder el liderato mundial, que llevaba ostentando 269 semanas consecutivas -desde hace cinco años- y 611 a lo largo de su carrera. El número uno podí­a pasar a manos de su compatriota Phil Mickelson si este conseguí­a terminar entre los cuatro primeros. «Jugaré atacando», dijo cuando encaró el último recorrido en la décima posición, a cuatro golpes del lí­der. Pero ya en la primera vuelta habí­a sumado cuatro bogeys y un doble bogey. La presión le pesó.

Mientras tanto, Woods tiene tiempo para reflexionar sobre su futuro inmediato. Esta semana se disputará el Campeonato de la PGA norteamericana, el último, cronológicamente, de los cuatro torneos del Grand Slam anual. Su reto es despertar de golpe y recobrar el hilo de unos éxitos que se le resisten últimamente: desde el Open de Estados Unidos de 2008 no ha ganado un grande. Sin embargo, parece difí­cil.

Su vida dio un vuelco espectacular el 27 de noviembre de 2009, cuando, de madrugada, salió de su casa precipitadamente y sufrió un accidente con su Cadillac Escalade. Después se supo que su esposa, la ex modelo sueca Elin Nordegren, con la que se casó en mayo de 2004, rompió el cristal trasero del coche con un palo de golf tras una acalorada discusión al confirmarse que habí­a manteniendo relaciones extramatrimoniales.

De golpe, todo cambió para él. El 11 de diciembre de 2009 anunció que se retiraba del golf «por un tiempo indeterminado». Se le vio llorando en una multitudinaria conferencia de prensa, en la que pidió disculpas por su comportamiento, y reconoció estar enfermo. Recibió ayuda psicológica e intentó salvar un matrimonio que, a estas alturas, parece más perdido que nunca, tan solo a la espera de cuánto deberá cobrar Elin y cuándo se producirá el divorcio.

El pasado 5 de abril, presionado por los organizadores del circuito y sus propios patrocinadores, Woods decidió volver a competir. Eligió el Masters de Augusta. Y, aunque no estuvo a su altura habitual, concluyó entre los mejores. Sin embargo, viví­a bajo presión. El hecho de haberse separado de su entrenador, Hank Haney, tampoco le ayudó a rehacer el camino. Ayer, en Akron, parecí­a solo y perdido. Pero sigue siendo un campeón. Aunque llegue a perder el liderato mundial, lo normal es que antes o después levante la cabeza de nuevo.

LA CRISIS DEL TIGRE


– Esplendor. Entre 1997

(22 años) y 2008 (33) gana

14 tí­tulos del Grand Slam:

4 del Masters, 4 de la PGA Norteamericana, 3 del Open Británico y 3 del de EE UU.

– Dos últimos años.

2009 (el escándalo por

sus infidelidades conyugales estalló en noviembre):

6 victorias en 17 torneos

y un corte fallado.

2010: Ningún triunfo

en 8 torneos (mejor puesto:

4º en el Masters y en el Open de EE UU) y un corte fallado.

SIGUE LíDER


El estadounidense Tiger Woods tuvo el peor desempeño de su carrera este domingo, al finalizar a 30 golpes de su compatriota Hunter Mahan que ganó el torneo de golf de Akron, dotado con puntos para el circuito de la PGA y 8,5 millones de dólares en premios.

Woods tuvo una última ronda de 77 golpes y finalizó con total de 298 para quedar en la plaza 78 entre 80 competidores, la ubicación más baja en un torneo en sus 14 años de carrera profesional.

El astro de la PGA dijo estar recuperado de su lesión y relacionó su pobre desempeño a las consecuencias del escándalo mediático por su desordenada vida sexual.

«Ha sido un año largo», dijo el número uno de la PGA, que sostendrá esa posición por una semana más debido a que su más cercano perseguidor, Phil Mickelson, también tuvo una actuación desastrosa en Akron.

Woods habia ganado siete veces este torneo y era el defensor del tí­tulo. Pese a su mala actuación dijo que está listo para disputar desde el jueves próximo el Campeonato de la PGa, último torneo del Gran Slam de la temporada.

«Tengo que estar listo porque ya viene el jueves. Eso es todo lo que importa», dijo Woods. «Debo golpear la pelota mejor, el putt mejor y tener mejores rondas. No veo nada divertido en terminar con 18 sobre el par, especialmente porque se supone que mi «handicap» debe ser cero».

Mickelson, campeón del Másters de Augusta, debí­a simplemente terminar entre los cuatro primeros en Akron para desplazar a Woods de la cumbre del ránking mundial, pero cerró la última ronda con un cartón de 78 golpes que le hiceron cerrar en la plaza 46.

Mahan, de 28 años, fue el sorpresivo ganador en Akron al entregar tarjeta libre de bogeys y con 66 golpes en la última ronda, para lograr su primer triunfo en el circuito de la PGA.