Nuestra patria, al igual que América Latina y la mayoría de países en desarrollo, se debate en la búsqueda de un sistema de gobierno que responda y resuelva la problemática de su pueblo.
jfrlguate@yahoo.com
Si analizamos los gobiernos que se han electo a partir de la vigencia de la actual Constitución, nos encontramos con una sucesión de gobiernos que sin duda alguna caben dentro del método dialéctico que he utilizado como título de la presente opinión. La ciudadanía al emitir su voto en las elecciones generales ha fluctuado de un gobierno con determinadas tendencias a otro distinto al anterior.
La ciudadanía y los especialistas al realizar un análisis del gobierno que presidiéramos Alfonso Portillo y el suscrito, evidenciarían muchos beneficios sociales y económicos (salarios mínimos, canasta básica controlada, fertilizantes baratos y abundantes, tarifa social eléctrica, etc.) En contraste, el gobierno siguiente «de la cúpula económica» que presidieron í“scar Berger y Eduardo Stein, fue un gobierno de mejores precios en la exportación, con duplicación de remesas familiares e impuestos temporales, de alta inflación y bajos salarios. Uno es la tesis y otro la antítesis; los hechos, las cifras, los informes del PNUD, del INE y otros más evidencian los contrastes.
El gobierno que presiden ílvaro Colom y Rafael Espada debe y puede ser la síntesis, evitar las equivocaciones o errores de los dos gobiernos anteriores, pero debe preservar y continuar el desarrollo de los aciertos y ante todo el combate a la extrema pobreza que priva y aumenta en la mayoría de los guatemaltecos.
Nuestro país no puede continuar ignorando la urgente necesidad de aumentar la carga tributaria, quienes tienen más, especialmente aquellos que en sus actividades económicas se han internacionalizado, deben de tener la inteligencia de aceptar y reconocer que si las actividades productivas que desarrollan en Estados Unidos o terceros países están gravadas y contribuyen mucho más por qué no aceptan que con cascaritas de huevo el presente nuevo gobierno no puede resolver los urgentes problemas de inseguridad, educación, salud, infraestructura y medio ambiente, etc.
Hace pocos años, el sector privado organizado hablaba del ejemplo que constituia Chile y no se equivocó, porque ese país es en este momento el que tiene mejores condiciones sociales, económicas y políticas en América Latina. Pero, ¿están los guatemaltecos dispuestos a aceptar un gobierno de iguales tendencias, a pagar las mismas cargas tributarias?
Los Estados Unidos, a donde tanto guatemalteco inmigra buscando mejores condiciones laborales, no le pide permiso a ningún sector, a ningún grupo de poder para establecer o modificar los impuestos. Es el Ejecutivo y el Congreso los que determinan, aprueban y sancionan la carga tributaria. Los guatemaltecos y extranjeros que tienen propiedades, acciones e inversiones en ese país pagan más del triple de impuestos en todos estos rubros que en Guatemala.
Si queremos condiciones de seguridad y progreso como Chile y Estados Unidos, debemos de aceptar obligaciones similares, de lo contrario impedimos la síntesis. «El que quiere celeste que le cueste.» El hambre, la injusticia, la desigualdad producen inseguridad.