Aldo Dupié Ochoa Mejía, conocido en el submundo de las pandillas como “el Lobo”, es el líder de la clica Solo Raperos, una de las bandas más violentas y sanguinarias en Guatemala, según el Ministerio de Gobernación (Mingob), debido a que se le atribuyen decenas de muertes en los últimos años.
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Sus actividades fueron planificadas cuidadosamente desde el interior de las principales cárceles del país, pero aun tras las rejas su imagen no pasó desapercibida, pues le agradan las cámaras y no se esconde de quienes le acusan por sus actos.
Ochoa Mejía ni siquiera tiene 30 años, pero ya cuenta decenas de muertes en su historial, pues durante varios años se ha encargado de planificar los crímenes contra pilotos del transporte público, pequeños comerciantes, mujeres y pandilleros rivales, principalmente en la colonia El Limón, zona 18, de acuerdo con las investigaciones de las fuerzas de seguridad.
Según información policial, su historia delictiva empieza en el 2002, cuando robó en la residencia de un funcionario, quien presionó a las autoridades para investigarlo y posteriormente ligarlo a proceso por el delito de robo agravado. En la cárcel, ese hecho le abriría las puertas a las más grandes expresiones del crimen, que van desde la planificación de una extorsión hasta descuartizamientos, hecho que una vez más evidencia los problemas que tiene el Sistema Penitenciario para trabajar en la reinserción social del delincuente.
De acuerdo con el Ministerio Público (MP) y la Policía Nacional Civil (PNC), a Ochoa le pueden comprobar su participación, como líder intelectual, en al menos 26 crímenes que están vinculados a la extorsión, venganzas y rivalidad entre pandillas.
La investigación del MP determinó que, sobre los crímenes que se le acusan, la mayoría ocurrieron entre marzo de 2010 y mayo del año pasado, siendo la colonia El Limón su centro de operación.
Un investigador de la Unidad de Acción Nacional Contra el Desarrollo de las Pandillas (Panda) explicó que esos asesinatos fueron los que se lograron probar, pero pudieron ocurrir muchos más, principalmente ligados a extorsión.
“VIOLENTOS Y SANGUINARIOS”
Los investigadores del MP y la PNC sostienen que Aldo Ochoa dirige una extensa y compleja red criminal que fragua sus acciones desde el interior de las prisiones, ya que él mismo está recluido en la cárcel de Fraijanes I.
Su organización, calificada por los mismos funcionarios de gobierno como “violenta y sanguinaria”, funciona a través de la comunicación que mantienen dentro de la cárcel y entre las distintas prisiones en las que se encuentran otros integrantes de la clica.
Recientemente los investigadores han identificado que los pandilleros reforzaron un código de comunicación entre sí, a través de números y letras que solo ellos pueden entender, para evadir a la autoridad.
Ochoa está en la misma cárcel que los segundos jefes de la clica: Wilfredo Alfredo Monzón Paniagua, alias “Wilo”; Carlos Agustín Reyes Popol “Jocker” y Osmán René Coronado Martínez “Plocky”.
Juntos han logrado establecer un centro de operación desde la prisión, desde donde los segundos jefes de clica trasladan órdenes a los coordinadores operativos, quienes dirigen a los sicarios.
En el tercer eslabón de la organización se encuentran Luis Jeferson Rosales Flores, alias el “Mosca”, quien a pesar “de la distancia”, porque está en el Sector 11 del Centro de Detención Preventiva para Hombres de la zona 18, continúa planificando crímenes junto a los sicarios.
Por otro lado, en la cárcel Fraijanes I también se encuentran Eder Lumbasky Ojeda Valenzuela, el “Mango”; David Erwin Navarro Cruz, alias “Poisón”, y Mynor Javier Pixtún Sol, “Liro One”.
Según Julio Rivera Clavería, viceministro de Seguridad, la clica Solo Raperos es una de las más “violentas y sanguinarias” de la Mara 18, pero es posible que sus acciones puedan detenerse por un tiempo.
“Esa clica es una de las más violentas y sanguinarias que operaban en el país. Ahora bien, el hecho de que estén desarticulados y encerrados significa de alguna manera que efectivamente no van a poder operar rápidamente”, aseguró el funcionario
Entre los múltiples crímenes por los que se responsabiliza al grupo delictivo, se encuentran al menos 11 femicidios; en dos de estos casos los sicarios descuartizaron y desmembraron a sus víctimas.
El 3 de mayo de 2011, según las pesquisas, los pandilleros cortaron en fragmentos los restos de una adolescente y no conformes con esta acción, colocaron las partes del cuerpo en distintas paradas del Transurbano junto con amenazas para los conductores de ese transporte, para que así “colaboraran” con las extorsiones.
DEBILITADOS, PERO FUSIONADOS
Investigaciones de la Unidad Panda, de la Fiscalía de Delitos contra la Vida y del Ministerio de Gobernación (Mingob) han determinado que la clica Solo Raperos “está debilitada” con las recientes capturas –realizadas el pasado 11 de mayo en El Limón y en Suchitepéquez–. No obstante, podrían fortalecerse nuevamente, o bien, delegar “actividades” a otras estructuras de la Mara 18 con las que se han fusionado.
De acuerdo a los análisis policiales, se sabe que la clica se ha fusionado con la estructura Little Psycho Criminal (LPC), quien fue la responsable en enero de 2011 de detonar una bomba incendiaria en un bus de las Rutas Quetzal, así como con la célula criminal Shadow Brothers (SB).
La clica LPC opera en Mixco, mientras que la SB en varias colonias de la zona 5, donde tienen una modalidad delictiva muy similar a la SR.
Según un investigador policial, estos grupos han llegado al punto de “prestarse” entre sí sicarios, vehículos o artefactos explosivos, cuando necesitan cometer un hecho ilícito. “Tienen cierta hermandad que se hace desde la cárcel entre líderes de pandillas”, explica, la fuente.
Elías Pumay, coordinador de la Fuerza de Tarea contra las Extorsiones de la PNC, indica que los grupos delictivos realizan asambleas desde la cárcel, donde prácticamente se enlazan. “Se fusionan desde la cárcel. Ellos tienen un tipo de asamblea que ellos le llaman rueda de barrio –donde logran fusionarse–“, refiere el funcionario.
Por su parte, Clavería indica que constantemente se realiza un informe de la operatividad y evolución de los grupos delictivos, para evitar que se fortalezcan.
“Lo que nosotros estamos haciendo y lo que mantenemos es un análisis constante de todas las estructuras que existen en el país y sobre la base de los análisis y de la información e inteligencia que vamos recabando, vamos armando los expedientes de investigación criminal, para que los judicialice el MP y lo pueda poner a disposición de los Tribunales, pero este es un trabajo que nosotros hacemos constantemente”, refirió el funcionario.
20 BAUTISMOS
La extorsión es una de las actividades más lucrativas de los grupos delictivos, sin embargo requiere que sus operadores constantemente se “profesionalicen” en este delito; en ese proceso encuentran la necesidad de asesinar cuando no consiguen sus objetivos.
Las organizaciones criminales, como Solo Raperos, necesitan de una estructura compleja y un eslabón débil para evadir a la justicia, por lo que utilizan a los menores de edad de las zonas rojas del país en sus actividades.
De acuerdo con un investigador policial, cada día una clica puede “bautizar” hasta 20 menores de edad –para luego involucrarlos en sus actividades–; a los jóvenes se les recibe con golpes extremadamente fuertes y violaciones sexuales para las mujeres.
El 3 de diciembre pasado, vecinos atemorizados hablaron con las fuerzas de seguridad para indicar que en la colonia El Limón se realizaron varios bautismos, y se temía por la vida de los menores de edad.
La frialdad del rito y las constantes invocaciones horrorizaron a la población de la zona 18, que lamenta que cada día se fortalezcan los grupos de pandillas.
El subcomisario Néstor Diéguez, jefe de la División de Prevención del Delito, considera que uno de los principales factores que influyen en que un joven se involucre con las pandillas es la desintegración familiar, pues a su criterio abre la puerta a la comisión de delitos.
“Esto desemboca en cuestiones como drogadicción, acciones delictivas, cobro de extorsiones y porque no decirlo, el sicariato y otras acciones delictivas. Lo más preocupante es que nos hemos dado cuenta que los niños han sido captados a partir de los 8 o 9 años”, refirió Diéguez.
De acuerdo con Rivera Clavería, para evitar que estos sectores de la población se involucren con las estructuras delictivas, apuestan por la prevención y el rescate a los valores.
“Nosotros también estamos empezando a trabajar proyectos de prevención que nos permitan tener otros recursos, no necesariamente los policíacos, sino también los preventivos, como lo son los programas sociales, los programas situacionales, o sea la mejora de parques, de vivienda, todo este tipo de cosas, que hagan que los jóvenes en riesgo de ingresar a estas organizaciones sea menor y en segundo lugar un llamado a los padres para que tengan más controles sobre sus hijos y que hagan valer los valores mínimos que se exigen en cualquier sociedad saludable”.
Julio Rivera Clavería
Viceministro de Seguridad
“Esto desemboca en cuestiones como drogadicción, acciones delictivas, cobro de extorsiones y por qué no decirlo, el sicariato y otras acciones delictivas. Lo más preocupante es que nos hemos dado cuenta que los niños han sido captados a partir de los 8 o 9 años”.
Néstor Diéguez
Jefe de la División de Prevención del Delito